La fuerza del turismo extranjero

En el cénit de la temporada alta turística y con la previsión de que en 2024 se pueden superar todos los registros conocidos, el INE acaba de ofrecer el balance de visitantes extranjeros a España durante el primer semestre. Casi 42,5 millones de llegadas foráneas, que representan un incremento del 13,3% respecto a 2023 y en el camino de alcanzar a final de año los 90 millones, según la previsión de CaixaBank. El aumento del gasto hasta ahora ha sido superior al 20%, con respecto al mismo periodo anterior para una suma global de más de 55.000 millones de euros. Andalucía con el 14,7% del total es, después de Baleares y Cataluña, el tercer destino preferido por estos viajeros. Reino Unido, Alemania y Francia continúan a la cabeza como principales países emisores. Sólo el pasado mes de junio eligieron España más de 2,1 millones de británicos. Ahora que ya comienza a percibirse un menor crecimiento en las tasas de los movimientos domésticos, por la reactivación de las salidas de españoles al exterior, la fortaleza del sector reside fundamentalmente en su liderazgo internacional. El turismo supuso el año pasado el 12,8% del PIB y aportó el 70% del crecimiento económico del país. De los 186.000 millones de ingresos que generó en 2023 este año se calcula que se alcanzarán los 200.000 millones de euros para un 13,4% del PIB. Un potente motor económico que debe cuidarse, con retos como el de su sostenibilidad. Y problemas identificados, como la masificación en zonas de alta demanda y su impacto en la convivencia con la población autóctona; las tensiones por las continuas subidas de los precios de las viviendas y la falta de alquileres, ligados en distinta proporción al boom de los pisos turísticos; el debate sobre la implantación de una tasa para mejorar unos servicios públicos más exigidos, o la necesidad de mejorar infraestructuras hídricas y de movilidad. El turismo no es sólo una mina que puede explotarse sin riesgo a que se agote.