Los gobiernos de España y Portugal han alcanzado un acuerdo con Francia para sustituir el proyecto de gasoducto a través de los Pirineos, el denominado Midcat, por una conexión que se trazará desde Barcelona a Marsella, a la que se denominará "corredor de energía verde". Más allá del debate nominativo, se trata de una línea que podrá transportar gas natural, hidrógeno verde y electricidad. A falta de conocer los detalles, que se concretarán en una cumbre que se celebrará en Alicante antes de final de año, el proyecto resuelve el relativo aislamiento eléctrico de la península ibérica y garantiza otro suministro de gas natural a los países del centro y el norte de Europa, del que también se beneficia España. Aunque nuestro país no es un productor de gas natural, cuenta con seis plantas regasificadoras -una de ellas, en Huelva- que transforman el combustible que llega en buques en estado líquido al gaseoso para ser enviado por tuberías. No hay ningún país en la Unión Europea con esta red de plantas, de ahí que haya sido Alemania el país que haya vencido, o reconducido, la oposición francesa a esta conexión gasística desde España. Si el Midcat, que estaba a medio construir, se abandonó fue porque los precios de gas natural no garantizaban la rentabilidad futura del proyecto, pero esto es un hecho que ha cambiado de modo radical con la invasión rusa de Ucrania. Para salvar esta coyuntura, España y Portugal habían propuesto que esta infraestructura pudiera llevar en un futuro hidrógeno verde, que es un combustible obtenido en su fabricación mediante agua y energías renovables. Nuestro país puede ser uno de los grandes generadores de estas energías -básicamente, fotovoltaiva y eólica- por lo que se convertiría en un gran productor de hidrógeno verde. La alternativa buscada, que tenía por objeto vencer la resistencia de Francia al proyecto, solventa un problema político a Emmanuel Macron, y beneficia a España y Portugal, a la vez que garantiza la seguridad de la UE.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios