El precio del deterioro de la democracia

En EEUU se ha visto claramente cuál es el precio cuando se denigran las instituciones y los conceptos más básicos de la democracia liberal

Como era de esperar, el resultado final de las elecciones en EEUU es, al cierre de esta edición, una incógnita. Sin embargo, por las declaraciones y los movimientos realizados ayer por el candidato republicano y actual presidente estadounidense, Donald Trump, todo indica que habrá una intensa lucha que deteriorará aún más la democracia más vieja del mundo y que seguirá fracturando a una sociedad que, hasta la fecha, había marcado la pauta de Occidente. Es evidente que Trump, un político populista e inesperado, con poco respeto por las formas y las instituciones, ha hecho mucho para que avance este deterioro, pero también que desde Europa, tanto los medios de comunicación como la política y la sociedad, son un tanto ingenuos a la hora de analizar las cosas que allí pasan. Por ejemplo, apenas se ha apuntado que a la grave fractura social que hay ahora en EEUU (no muy diferente a la que también existe en Cataluña tras los excesos del procés) colaboró en sumo grado el presidente Obama -canonizado infantilmente en Europa-, que fue el que creó las bases del triunfo de Trump. También que los demócratas han intentado desgastar a la Presidencia de su país aprovechando los conflictos raciales de los últimos meses, algo que ha movilizado a un electorado republicano que estaba muy desanimado por la pésima gestión que Trump está haciendo de la pandemia del coronavirus. Es difícil ahora saber quién presidirá EEUU en los próximos años, pero sí vemos claramente cuál es el precio cuando continuamente se están denigrando las instituciones y los conceptos más elementales de la democracia liberal. Los ciudadanos españoles tenemos que sacar muchas lecciones de lo sucedido en España. Por una parte tenemos una Constitución y unas instituciones, desde la Monarquía hasta las autonomías, que pueden ser mejorables o reformables, pero que han posibilitado un larguísimo periodo de paz y estabilidad. Denigrarlas ahora, empeñarse en desgastarlas y mancillarlas, como hacen tantos políticos populistas, sólo nos traerá enfrentamiento social y deterioro de nuestra democracia, la que costó tanto alcanzar.

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