Andalucía superó por primera vez la cifra de 30 millones de turistas en un año. Ha sido la primera buena noticia que ha podido capitalizar el nuevo Gobierno andaluz, que dirige el popular Juanma Moreno, en el marco de Fitur, la feria turística más importante de España. Aunque, lógicamente, el presidente se ha limitado a trasladar los datos que corresponden a la gestión de la anterior Administración de la socialista Susana Díaz. Todos los parámetros son positivos. Los 21.000 millones de ingresos para la comunidad son históricos. Los hoteles superaron los 53 millones de pernoctaciones y el sector da trabajo, ahora mismo, a unas 400.000 personas, lo que se traduce en 255.000 afiliados a la Seguridad Social en la hostelería. El turismo representa en estos momentos el 13% de Producto Interior Bruto (PIB) de la región y es "estratégico" para la economía, como admite el propio Juanma Moreno. El registro se alcanza en un escenario menos beneficioso que en años anteriores. Le añade mérito, pero suscita preocupaciones de cara al futuro. Algunos destinos del Mediterráneo han comenzado a recuperar posiciones después de quedar arrinconados estos últimos años por los evidentes problemas de seguridad, como consecuencia de la inestabilidad política de Oriente. Ahora resurgen con unos precios mucho más competitivos que los que ofrece el destino andaluz para intentar recuperar el territorio perdido. Además, la incertidumbre derivada del Brexit obliga a plantear un plan de contingencia para tratar de compensar la posible pérdida de visitantes del tradicional primer país extranjero emisor, como es el del Reino Unido, ante las consecuencias que puedan derivarse de su salida en marzo de la Unión Europea, si finalmente se concreta. Los nuevos tiempos exigen ya unas campañas de promoción casi personalizadas para atraer más viajeros, pero al tiempo es necesario incrementar los esfuerzos para fidelizar a los actuales visitantes. El nuevo Ejecutivo, tras las primeras declaraciones del propio Juanma Moreno y del responsable directo del sector, el vicepresidente Juan Marín, es consciente de los desafíos. Como admitía el presidente andaluz, el turismo "cabalga en el éxito" pero hay que estar preparado para afrontar cualquier nuevo reto. El primer mandamiento, cuando algo funciona, es evitar cambios bruscos. La continuidad, por tanto, debe primar en la política turística andaluza mientras se analiza qué se puede implementar para asegurar el éxito también en este 2019.