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Tribuna

fernando castillo

Escritor

Pérez Galdós y la Selectividad

Escrita en el convulso año de 1870, en pleno Sexenio, 'La Fontana de Oro'era considerada por Lázaro Carreter como la primera novela moderna española

Pérez Galdós y la Selectividad Pérez Galdós y la Selectividad

Pérez Galdós y la Selectividad / rosell

Hace unos días, y a modo de serpiente de verano a pesar de que la pandemia es un filón inacabable, ha sido noticia La Fontana de Oro no por el empleo de algunos de sus párrafos en un examen de Selectividad, algo previsible, sino por aparecer incluida entre los Episodios Nacionales, aunque no sabemos en qué serie la colocaban.

En esta época, en la que se suelen conmemorar los aniversarios con cierta alegría, especialmente aquellos más cerrados como los centenarios, hay momentos que se pueden calificar de redondos, de verdaderas carambolas conmemorativas como sucede en este 2020, en el que coinciden La Fontana de Oro, su autor y el periodo en el que se desarrolla. Y es que en este año, como se sabe, se cumple el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, pero también los 150 años de la publicación de su primera novela -la citada obra-, y el bicentenario del comienzo del Trienio Constitucional, periodo en el que se sitúa. Unas coincidencias que han pasado desapercibidas, a no ser que consideremos el comentario de texto de Selectividad como un guiño para su celebración, a pesar del desliz que convertía a la novela en Episodio.

El Trienio Liberal, un efímero y agitado periodo constitucional en el reinado del absolutista Fernando VII, comienza en enero de 1820 a raíz del pronunciamiento del general Riego en Cabezas de San Juan, que no triunfaría hasta julio con el restablecimiento de la Constitución de 1812, el mito fundacional del liberalismo español. En este año se inauguraba también la mística del pronunciamiento, el movimiento cívico militar que para el liberalismo tenía un contenido entre utópico y mesiánico, pues su triunfo significaría el advenimiento de la nueva sociedad que había de traer la felicidad a la nación y el bienestar a los ciudadanos, como proclamaba el articulado constitucional. A esta situación los absolutistas respondieron con conspiraciones y levantamientos en el norte, que confirmaba la oposición del campesinado, es decir de la mayoría del país, al tiempo que se producía un proceso de radicalización entre los liberales, más de opinión que práctico. En las principales ciudades comenzaba la creación de las formas modernas de participación política por medio de la prensa, de las sociedades secretas -Comuneros, Anilleros y sobre todo la Masonería- y de los clubs patrióticos radicados en los cafés, verdaderos foros de actividad política y parlamentos alternativos. Entre todos ellos, en un activo Madrid de conjuras exaltadas y absolutistas, destacaba La Fontana de Oro, un famoso local situado en la Carrera de San Jerónimo, que ya citaba el conspirador barojiano Aviraneta y que es el escenario de la primera novela de Benito Pérez Galdós.

La narración de las aventuras de Lázaro, don Elías y Clara, los protagonistas de La Fontana de Oro, escrita en año tan convulso como 1870, en pleno Sexenio, dan lugar a la que Lázaro Carreter consideraba la primera novela moderna española. Una obra en la que Galdós, al describir el mundo de las conspiraciones de todo signo que tenían lugar durante el Trienio y a sus personajes, muestra su decidida inclinación liberal. Es La Fontana de Oro una obra de entorno urbano, concretamente del Madrid fernandino, casi idéntico al que vivía Pérez Galdós, en la que el famoso café es el escenario principal. Pero lo es también por sus protagonistas unos personajes madrileños que son el anticipo de los que aparecerán en novelas tan esenciales como Fortunata y Jacinta, la gran novela del siglo XIX en la que Galdós trae a Balzac al Manzanares, La deBringas o Misericordia, el mundo de la Villa y Corte. En fin, es La Fontana de Oro una novela en la que no faltan ni el realismo del momento ni cierto costumbrismo ni tampoco una vocación histórica y política que lleva a incorporar personajes reales y acontecimientos con criterios modernos. Unos rasgos que Pérez Galdós desarrollará posteriormente en los Episodios Nacionales y que, en el caso del Trienio, lo hará aun con mayor brillantez en los títulos correspondientes a la segunda serie como El Grande Oriente, La segunda casaca o El 7 de julio.

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