Tribuna

Ezequiel martínez

Periodista y escritor

Vivir en paz bajo la amenaza de la guerra

Irán avanza en desarrollo. Las mujeres, más liberadas que en otros países del entorno. Conducen coches, trabajan en hoteles y restaurantes, son amables, te saludan

Vivir en paz bajo la amenaza de la guerra Vivir en paz bajo la amenaza de la guerra

Vivir en paz bajo la amenaza de la guerra / rosell

Un tercio del petróleo mundial pasa por el estrecho de Ormuz, única vía de acceso marítimo al Golfo Pérsico. Y el estrecho lo controla Irán. Teherán no quiere renegociar el pacto nuclear de 2015, del que se salió EEUU en 2018. En enero de 1979, el sah Reza Pahlaví huyó de Irán y el ayatolá Ruhollah Jomeini regresó del exilio en Francia. El uno de abril de 1979 Irán se constituyó en República Islámica.

La guerra entre Irán e Iraq entre 1980 y 1988 originó en torno a un millón de muertos. Jomeini murió en 1989, le sucedió Alí Jamenei, como líder supremo, quien hoy sigue siendo la máxima autoridad de Irán, por encima del presidente Hasán Rohani, moderado.

Hoy, Irán, la antigua Persia, es una República Islámica bajo Teocracia (autoridad emanada de la divinidad y ejercida por clérigos, o ayatolás). Es una potencia regional en Oriente Medio, con 81 millones de personas y grandes reservas de gas y de petróleo. El 99% de la población es musulmana, la inmensa mayoría chiita, minoría sunita y zoroastrianos, cristianos y judíos.

Irán avanza en desarrollo. Las mujeres, más liberadas que en otros países del entorno. Conducen coches, trabajan en hoteles y restaurante, son amables, te saludan. Visten con chador, siempre con pañuelo. El patrimonio histórico y artístico es impresionante. El viajero queda maravillado ante ciudades como Isfahan, Shiraz, o Yazd, en la ruta de la seda, sobre la que escribió Marco Polo: "Una ciudad espléndida y muy distinguida y un centro comercial".

He regresado de Irán. Las gentes pacíficas, amantes de la poesía y del arte se ven amenazadas por la guerra. Al Norte, Teherán, la capital, en las laderas de los montes Alborz, con nieves perpetuas. Trece millones de almas y tres millones de coches se mueven ruidosos en esta megalópolis. Hay que ver el museo arqueológico, el Palacio de Golestán, la torre Azadi , construida en 1971 en los fastos del 2.500 aniversario del imperio persa; la torre Milad, con 435 metros. Al Sur de Irán, sin embargo, Shiraz es sinónimo de refinamiento, ruiseñores, flores, poesía y vino. La uva syrah, o shiraz proviene de allí. En Shiraz descansan los poetas Hafez y Sa'di. El mausoleo de Hafez Shirazi (siglo XIV) atrae a miles de iraníes que visitan la ciudad de las rosas y del amor. Otros poetas venerados: Ferdowsi y Umar Jayyam. Persépolis es la joya arquitectónica de Irán. Por la puerta de las Naciones, construida en 521 a.C., el viajero accede a la que fue capital de los aqueménidas (Darío I, Jerjes, Artajerjes, Darío II) hasta la conquista de Alejandro Magno, que quemó los palacios y la biblioteca, en 331 a.C. Admiramos las inscripciones cuneiformes en persa antiguo, babilonio o elamita, y los magníficos bajorrelieves que nos hablan de aquella civilización avanzada. Persépolis es Patrimonio de la Humanidad. No dirigimos en bus a Kerman, al sureste cerca del desierto de Lut y de las fronteras peligrosas de Pakistán y Afganistán. Verdea el trigo. Nos saludan granados y olivares. En el bazar de Kerman, una mujer vestida con el chador negro se cruzó conmigo. ¡Hello! -me dijo. ¡Hello, madam! -le respondí. Y en su mirada y en su voz noté una demanda: ¡Sigan viniendo, corremos peligro ante la tensión entre nuestros dirigentes y ese loco americano! ¡Y ya sufrimos una guerra con Iraq, y perdimos a nuestros hijos! Y la imagen de la mujer de ojos negros, como el vestido que la cubría, se me quedó grabada. De Kerman hacia Yadz, plantaciones verdes de pistacho sobre un fondo desértico inhóspito. Hay una guerra entre Irán y EEUU por ver quién es el primer productor mundial de pistacho. Y es Irán.

Maravillan los jardines persas en Mahan. En Yazd, cerca del desierto, el 10% de la población practica el zoroastrismo, y en verano se alcanzan los 50 grados. En las terrazas, las torres del viento lo asumen y canalizan refrescando las estancias. Altas y estrechas calles protegen del calor al igual que en los pueblos y ciudades de Andalucía. De Yazd, por la antigua ruta de la seda, a Isfahán, la perla de Irán. Y lo es.

"He visto la belleza en Isfahan/ en la gran plaza del imán la he visto/ Y en los once puentes sobre el río Zayandeh/ y en los hombres y mujeres/ que cantan al atardecer/en el puente de Khaju/. Te vi belleza en la mezquita del imán / en las tiendas del bazar/ en los vendedores de alfombras/ y en el arte de las miniaturas/ Y en las miradas de azabache/ que al cruzarse con la mía/ me mostraron la belleza sin nombrarla/.

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