"Son las actividades educativas..."

Estúpido. Que así enfatizó un recordatorio principal -"La economía, estúpido"- el asesor del ex presidente norteamericano Bill Clinton, en la campaña electoral de 1992, tras la que resultó elegido inesperadamente ante la popularidad y aceptación de George H. W. Bush (padre). De ese figurar en una nota interna, se convirtió en eslogan para señalar cuestiones esenciales -"Es la economía, estúpido"-, no solo de la actividad política sino de otros ámbitos o situaciones donde es necesario centrar el enfoque en lo primordial.

Por ello, sin el coscorrón con que alertaba el asesor electoral, aunque con intención apelativa: "Son las actividades educativas, eureka". Porque éxito y fracaso escolar ponen signo mayor al resultado de la actividad educativa a partir de las actividades que sostienen la enseñanza y el aprendizaje. Si en ello se advierte una obviedad, poco entonces de eureka. Si decir lo obvio importa, bien está con la explícita evidencia. Pero ni es así ni lo parece.

En una investigación realizada hace algunos años por los profesores de la Universidad de Málaga José Manuel Esteve y Julio Vera, se revisaron los exámenes que los profesores de los últimos cursos de la Educación Secundaria Obligatoria solían utilizar para la evaluación del alumnado. Y en una publicación de interés, Un examen a la cultura escolar. ¿Sería usted capaz de aprobar un examen de secundaria?, recopilaron preguntas de tales pruebas como las siguientes: "¿Qué se consiguió con la Paz de Augsburgo? Define y pon un ejemplo de oración recíproca indirecta. Escribe el número de caras, aristas y vértices del hexaedro. ¿Qué clima corresponde a la sabana? Escribe los principales biomas terrestres. ¿Quién organiza el Congreso de Berlín de 1885 y qué se decide? ¿Cómo se llaman las células que producen los gametangios? ¿Qué es la sinalefa? Escribe los procesos mecánicos y químicos que tienen lugar en el intestino delgado. Características de las células eucarióticas". Cuestiones como éstas se incluyeron en exámenes que se pidió realizar a alumnos de los últimos cursos de títulos universitarios, sin que pudieran superarlos en un altísimo porcentaje. Tal como cabría esperar si tomáramos lápiz y papel para responder. ¿Se pone en cuestión con esto el conocimiento? ¿Se está reclamando esa confundida circunstancia de "bajar el nivel"? Nada hay de ello aunque estas consideraciones se expresen habitualmente. De lo que se trata, en definitiva, es de subrayar la relevancia de las tareas y actividades que llevan al aprendizaje significativo. Y de romper algunas secuencias o métodos didácticos que no conducen sino a la fragilidad y el olvido del conocimiento.

Con más predominio del que pudiera pensarse, los procesos de enseñanza se desarrollan con un esquema directo y simple: explicación más bien magistral del profesor, memorización del alumno y demostración del conocimiento así retenido, que no adquirido, mediante una prueba. De modo que no haría falta esperar hasta el final de un título universitario para evidenciar la "mortalidad" de ese conocimiento, sino que entre junio y septiembre del mismo año, pasadas las vacaciones escolares, el conocimiento se habría desvanecido.

En la última prueba del programa internacional de evaluación PISA, del año 2015, correspondiente a Ciencias, aplicada también al alumnado que concluye la educación obligatoria, se ofrecía esta situación: "La migración de las aves es un movimiento estacional y masivo de aves hacia y desde sus lugares de cría. Cada año algunos voluntarios cuentan los ejemplares de aves migratorias en lugares concretos. Los científicos capturan algunas aves y marcan las patas con anillos y banderines de diferentes colores. Gracias a los avistamientos de aves marcadas y al recuento de los voluntarios, los científicos pueden determinar las rutas migratorias de las aves". Y, a partir de ella, se formula la siguiente cuestión: "Identifica un factor que puede hacer que el recuento de aves migratorias que realizan los voluntarios sea impreciso, y especifica de qué manera este factor afecta al recuento". Se trata, en este caso, de las conocidas como "situaciones-problema", que requieren una relevante aplicación de los conocimientos. Todavía más, este tipo de tareas no solo conllevan aplicar en pruebas de evaluación los conocimientos adquiridos, sino que ayudan a su propia adquisición mediante la aplicación práctica. Dicho de otro modo, es inviable aplicar un conocimiento no adquirido, pero la adquisición resulta más relevante, si se quiere duradera, cuando se alcanza desde la aplicación práctica.

Luego los conocimientos principales, que dan sustento al aprendizaje permanente, se construyen y alcanzan desde actividades educativas que procuran la utilidad, no se dice utilitarismo, del conocimiento. ¿Eureka?