La tribuna
Todo fue en vano
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El alto porcentaje de repetición de curso, por el alumnado del sistema educativo español, sin bien con diferencias entre las distintas comunidades autónomas, hace disminuir la conocida como tasa de idoneidad: el porcentaje de alumnos escolarizados en el curso que les corresponde por edad. La mejora de tal situación, por obvio que resulte decirlo, no es solo una cuestión estadística que pueda modificarse mediante medidas que disminuyan el porcentaje de repetidores -sobre todo relacionadas con la determinación o no de las materias pendientes-, aunque las causas principales continúen requiriendo atención.
Preguntarse por la utilidad y efectos de la repetición es, por tanto, una cuestión sustantiva y la última aplicación del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) ofrece datos y conclusiones a propósito cuando se analiza la repetición de curso y el rendimiento. Con datos de 2018, el porcentaje de repetidores en el conjunto de España es del 28,7 %, con un promedio, en la toda la OCDE, del 11, 4%, y del 13% en la UE. Las tasas más bajas se registran en Cataluña (15,1%), País Vasco (20%) y Navarra (23,9%) En tanto que Ceuta (49,1%) y Melilla (45,6%) registran altísimos porcentajes, seguidas de Extremadura (34,7%), Murcia (34,6%) y Castilla-La Mancha y La Rioja (ambas con el 34,1%). En Andalucía, el porcentaje de repetidores es el 33,3%, un tercio del alumnado.
Con objeto de precisar la influencia de la repetición, se tienen en cuenta los resultados en los distintos ámbitos de PISA. Basta considerar uno de ellos, Matemáticas, para obtener conclusiones relevantes. Los resultados de PISA se distribuyen a partir de una puntuación media de 500 puntos y, considerado el caso de los estudiantes que han repetido al menos un curso en la educación obligatoria y el de los que no han repetido ningún curso, se advierten diferencias estadísticamente significativas a favor de los no repetidores, que llegan a superar los 100 puntos en el conjunto de España (así se constata en 12 de las 17 comunidades). Sin embargo, en varias comunidades, las puntuaciones medias de los repetidores son significativamente más altas que la media de los repetidores de la OCDE, aunque, en el conjunto de España, la puntuación de los estudiantes españoles de 15 años que han repetido un curso (410 puntos) es similar a la media de los países de la OCDE (409) en Matemáticas.
Por tanto, se evidencia que la puntuación media obtenida por los estudiantes tras repetir curso, una o dos veces, antes de concluir la educación obligatoria, es bastante inferir a la de sus compañeros que no han repetido, con datos de la última edición de PISA, en 2018, tras no aplicarse, por razones de la pandemia, en 2021. Con esta conclusión, los efectos de la repetición, para la mejora de los logros escolares, es bastante limitada.
Algunas precisiones son asimismo oportunas con respecto a los niveles -distribuidos progresivamente en seis- de adquisición de competencias que ofrece PISA en tres categorías: 1 (nivel bajo), con la proporción de estudiantes que no han alcanzado el nivel 2 de las competencias consideradas; 2 (nivel medio), que incluye los niveles intermedios 2, 3 y 4; y 3 (nivel alto), correspondiente a los niveles 5 y 6. Así, en España, el 44% (40 % en Andalucía) de los estudiantes que han repetido algún curso alcanza el nivel medio en Matemáticas, con resultados cercanos al promedio de la OCDE (41%) y de la UE (47%). En Ciencias, los resultados son algo mejores: 53 % en España (47% en Andalucía), con respecto al 51% del total de la UE y el 46 % del promedio de la OCDE. Destacan algunas comunidades, como es el caso de Cantabria y La Rioja, que suben al 56 % el porcentaje de alumnado repetidor que alcanza el nivel medio en Matemáticas, y de Galicia, que alcanza el 65 % de alumnado repetidor que logra el nivel medio en Ciencias. Los efectos de la repetición, por tanto, están próximos en España y la UE, si se considera la obtención del nivel medio en la competencia científica y matemática por el alumnado repetidor en España: 53% en Ciencias y 44% en Matemáticas.
Por tanto, la repetición de curso, de modo general, sólo tiene algún efecto en aproximadamente la mitad del alumnado al que le afecta, pero bastante limitado, toda vez que son grandes las diferencias, en resultados, con respecto al alumnado que no repite, y los efectos de la repetición sólo permiten discretos niveles a la mitad de los alumnos. Por otra parte, debe subrayarse una conclusión principal: los resultados de España (si bien con diferencias entre las comunidades autónomas), referidos al alumnado repetidor, no quedan lejos de las medias internacionales; sin embargo, es significativamente mayor el porcentaje de alumnos que repite. Luego la atención al alumnado repetidor es relativamente menos necesaria que la debida a las distintas condiciones de tal alumnado y a las respuestas educativas que llevan a la repetición.
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