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La Fiscalía pide cárcel para un parricida a pesar de que actuó en legítima defensa

La Fiscalía de Sevilla ha solicitado una condena de ocho años de prisión para un joven acusado de matar a su padre la Nochevieja de 2007, a pesar de que el Ministerio Público admite que el procesado actuó en legítima defensa. De hecho, durante una buena parte de la instrucción de la causa, la Fiscalía hispalense se planteó la posibilidad de pedir el sobreseimiento del caso, aunque finalmente, tras elevar varias consultas, decidió presentar una acusación de homicidio contra el parricida. El abogado Manuel Salinero, del bufete RZS, mostró su sorpresa por la petición de cárcel del Ministerio Público, sobre todo porque el fiscal "reconoce la legítima defensa durante toda la acción justo hasta el instante final", en el que considera que el acusado actuó con ánimo de matar. "El joven no hizo más que defenderse en todo momento, tanto a él como a su familia de un padre que tenía una enfermedad mental, en concreto una psicosis bipolar, y de la que se le dejó sin control médico, sin seguimiento y permitiéndosele adquirir todo tipo de armas", asegura Manuel Salinero.

La Fiscalía recuerda en su escrito de acusación que los hechos sucedieron sobre las cuatro de la madrugada del 1 de enero de 2008, cuando la víctima, Antonio D. G., se presentó en el salón de su casa de Alcalá con tres escopetas, armas con las que había disparado al aire en el jardín porque estaba molesto con los petardos que lanzaron sus vecinos para celebrar el año nuevo.

La tragedia se inició cuando el hijo, Antonio D. P., observó cómo el padre amenazaba a su madre, a la que estaba encañonando con una de las escopetas mientras le decía "os voy a matar a todos". El joven cogió una de las escopetas para llamar la atención del padre y se dirigió hacia la cocina, donde la víctima le encañonó, y el acusado efectuó un primer disparo -en realidad doble porque el arma era de dos gatillos- que prácticamente le arrancaron una mano. A pesar de las heridas, el padre sacó un cuchillo con el volvió a amenazar a la familia.

El acusado salió en su busca y se inició un forcejeo en el que ambos cayeron al suelo y, en un momento dado, le asestó tres cuchilladas que le ocasionaron la muerte cuando el padre se hallaba desarmado, algo que no comparte la defensa.

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