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El SAS indemnizará a una paciente a la que no detectó un hueso de pollo

  • El TSJA desestima el recurso de la administración y dice que las graves secuelas se deben a una "mala práctica médica".

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena al Servicio Andaluz de Salud (SAS) dictada el 26 de septiembre de 2013, que obligó a la administración sanitaria a indemnizar con 320.446 euros a una paciente que sufrió una negligencia médica. Los hechos se remontan a 2007 cuando la paciente afectada, a la edad de los 44 años, acudió hasta en diez ocasiones a distintos centros sanitarios públicos. Los continuos errores en el diagnóstico y la ausencia de las pruebas necesarias terminaron con un shock séptico y graves secuelas. La abogada de la paciente, María Jesús Villalpando, letrada de la Asociación El Defensor del Paciente, recuerda que el calvario de C. C. P. comenzó el 19 de noviembre de 2007, cuando esta mujer se atragantó mientras comía pollo. Al tener la sensación de un cuerpo extraño en la garganta, la mujer acudió a las Urgencias del Hospital de Alta Resolución de Écija.

Los médicos se limitaron a mirarle la garganta con un depresor de lengua y la mandaron a su casa con el diagnóstico "cuerpo extraño faríngeo". A las 48 horas la mujer tuvo que acudir a Urgencias y volvieron a mirarle con un depresor de garganta con el diagnóstico de "faringoamigdalitis aguda". Pese a su insistencia, la paciente no fue sometida a las pruebas y tratamientos que requería. El 1 de diciembre de 2007 su situación se agravó. Acudió de nuevo a las Urgencias del Hospital La Merced de Osuna, donde se desplomó en la puerta. Los servicios sanitarios la trasladaron en helicóptero al Hospital Virgen del Rocío por la delicada situación en la que se encontraba.

El hueso de pollo había necrosado su esófago y sufría una infección generalizada. Tuvo que permanecer ingresada en la UCI y fue sometida a una intervención con extirpación del esófago, intestino grueso; además sufrió pérdida de audición, perjuicio estético y trastorno depresivo. Los continuos errores en el diagnóstico que sufrió en su demanda de asistencia médica le han provocado severas secuelas.

La letrada María José Villalpando ganó este caso en los tribunales, pero los abogados del SAS presentaron recurso de apelación. Ahora el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha desestimado la apelación en sentencia firme. El Alto Tribunal andaluz reconoce en su decisión que se trata de "un daño perfectamente evitable con un diagnóstico adecuado a tiempo. Por lo tanto, estamos ante un daño conocido ligado casualmente a una mala práctica médica".

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