El alcalde de Guillena, Lorenzo Medina (PSOE), ha enviado una carta a Emasesa en la que manifiesta su queja por la falta de información y coordinación sobre algunas "acciones" que la empresa ha realizado en el embalse del Gergal en los últimos meses y que han causado algunos problemas o alarma en la población, ya que el casco urbano está a sólo un kilómetro de la presa. El pasado martes 16, comenzaron a sonar las sirenas de alarma que, según los protocolos, hay en el casco urbano, en lo que, según se pudo saber después, era un "chequeo". Ello provocó desconcierto y muchas dudas en la localidad, en donde se han llegado a hacer simulacros de atentados en la presa.

No obstante, los mayores problemas se produjeron durante el pasado mes de septiembre, cuando se estuvo desembalsando agua del pantano durante varios días, para realiar unas obras y que los buzos pudieran actuar. Ello provocó una crecida del cauce del Rivera de Huelva, de la que los vecinos no estaban al tanto. La Guardia Civil tuvo que intervenir incluso para rescatar a un hombre que quedó atrapado con su coche en mitad del río, en peligro de ser arrastrado, y que fue atendido en un hospital con síntomas de hipotermia por el tiempo que había estado sentado en la ventanilla del coche pidiendo ayuda.

El jueves, Emasesa informó al Ayuntamiento de otro desembalse en El Gergal previsto para el día siguiente, el viernes, y para comprobar las obras de reparación de los desagües de fondo que se hiceron en septiembre. Tal y como estaba previsto, las maniobras de abrir y cerrar compuertas para certificar que funcionaban con normalidad no duraron más de dos horas, de 10:00 y 12:00, apenas se notó en la crecida y no se registraron incidencias.

Aun así, el alcalde ha insistido en que es necesario una mayor coordinación y difisión en estos casos, para que la población sea preveda ante los aumentos de caudal y no se alarme ante "cualquier simulacro o probatura" en los sistema de emergencia.