Los padres de los 550 alumnos del Colegio de Infantil y Primaria (CEIP) Bernardo Barco, el único que existe en La Campana, se negaron este martes a que sus hijos entraran en el centro, en el día fijado en su calendario para el arranque del curso porque el lunes fue festivo en el municipio. Protestan así por las importantes grietas y desprendimientos que existen en varias zonas del edificio, que no consideran seguro.
En lugar de entrar en clase, los niños junto a sus familias y otros muchos vecinos que se sumaron se concentraron a las puertas del colegio, en el que han colocado una pancarta con el lema “pelearemos duro por un colegio seguro”. Este miércoles, a las 9:00, han vuelto a convocar a los padres para estudiar nuevas movilizaciones y decidir si los menores entran en clase.
Según la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), los daños estructurales afectan al área de administración, a los baños, pero también a las aulas. El primer escrito a la Junta denunciando la situación es de 2014, cuando se colocaron testigos para observar su evolución. Pero desde el año 2015 se está pendiente de mejoras que no se han acometido. Las grietas se habrían agravado en los últimos meses, según ha denunciado la AMPA.
Las movilizaciones cuentan con el apoyo del Ayuntamiento. La AMPA está pendiente de una cita con la delegada territorial de Educación.
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