La Policía Nacional y la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias desplegaron este pasado sábado en Alcalá de Guadaíra un operativo ante la sospecha de un posible caso de coronavirus que se demostró falso tras la investigación pertinente.

El malentendido partió de los trabajadores de un hotel, ubicado entre esta localidad y Utrera, que habían observado cómo una de sus clientes, una mujer de origen chino, llevaba recluida varios días en el establecimiento, mientras que otros ciudadanos también de origen asiático, provistos de mascarillas, le dejaban alimentos diariamente frente a la puerta de su habitación.

Tras la llamada de un encargado del hotel a la Policía Nacional advirtiendo de esta eventualidad, los agentes, que carecían del material de protección adecuado, habrían puesto el caso en conocimiento del juez, que a su vez se habría comunicado con el 061.

A partir de ahí se puso en marcha el dispositivo de emergencia que llevó hasta el establecimiento a dos coches patrulla y a una ambulancia de Emergencias. Con el personal ya debidamente protegido, se procedió a hablar con la mujer enclaustrada en su cuarto, que sólo resultó ser uno de los muchos residentes chinos en España sometidos de manera voluntaria a la cuarentena para evitar cualquier posible propagación del virus en nuestro país.

Justo eso fue lo que le contó a los agentes y médicos desplazados hasta el hotel, versión corroborada por los análisis clínicos que le realizaron y que dieron un resultado negativo.