Los tres concejales de IU-Alternativa Alcalareña, los dos del PA y los dos de Alcalá Puede que siguen contando con el aval de Podemos en Alcalá de Guadaíra anunciaron ayer que van a iniciar una ronda de contactos con el resto de grupos y ediles de la oposición para promover una moción de censura contra el alcalde socialista, Antonio Gutiérrez Limones, que gobierna con nueve ediles, lejos de la mayoría absoluta, que está en 13. Explican que quieren poner de acuerdo a quienes coinciden en "la necesidad de regenerar democrática y políticamente el Ayuntamiento", que "aboguen por tomar medidas frente a la corrupción y coincidan en la necesidad de sacar al PSOE del gobierno para devolver el Ayuntamiento a los vecinos", ya que creen que es el "deseo mayoritario", ante la ausencia de gestos por parte del PSOE de aclarar la "gravedad" de los hechos que se investigan en ACM y la "pasividad" del gobierno municipal.

Se trata de un acuerdo que ya se intentó antes del Pleno de constitución y elección de alcalde, en julio, pero que fracasó por la dificultad del entendimiento entre fuerzas antagónicas -Podemos se negaba a apoyar una Alcaldía del PP y viceversa, a las puertas de las generales- a lo que se unieron las negociaciones entre los grandes partidos, en las que entraron en juego otros gobiernos de la provincia.

Ahora las cosas han empeorado políticamente para el regidor: es diputado y, por los estatutos del PSOE, tendría que haber renunciado a la Alcaldía -se dijo que lo haría sin esperar a la repetición de elecciones- pero Alcalá sigue en vilo; y la investigación sobre la sociedad municipal ACM sigue y la Fiscalía ha instado a elevar el caso al Supremo, ya que considera que hay "poderosos indicios" que apuntan a la implicación del alcalde. Aunque los juzgados le den la razón -Limones dice que nunca estuvo en el consejo de administración ni participó en nada irregular- está afectado de lleno. Pero también se han complicado las cosas para los grupos de la oposición: la fragmentación del Pleno que ya supuso la entrada de Alcalá Puede y C's se ha multiplicado. En estos meses ambos grupos se han partido: Podemos ha retirado su apoyo a dos de los cuatro ediles que sacó y una de las dos de C's está como no adscrita.

Los tres partidos que han hecho pública su intención de negociar ahora suman siete ediles; incluso aunque los cinco del PP se sumaran, no llegarían a la mayoría absoluta, necesitarían al menos un voto más. En principio nadie cierra las puertas a negociar, pero puede que los vetos se repitan: el PP sigue defendiendo que, como principal fuerza de la oposición, debería asumir la Alcaldía. Las fuerzas de izquierda tendrían difícil justificar ese apoyo, de nuevo a las puertas de elecciones generales, y el PA, cuya candidata es la que genera menos rechazo, sólo tiene dos concejales. En cualquier caso, la situación revela que Alcalá es aún, políticamente, un problema no resuelto.

Tras el anuncio, el PP emitió un comunicado en el que dice estar "abierto al diálogo, como siempre ha hecho y que estudiará los planteamientos novedosos". Corrobora que está de acuerdo en que la situación municipal es insostenible y que "si bien ya lo era" cuando se intentó el gobierno tras las municipales, "en los últimos meses ha ido empeorando". No descartan ninguna medida que pueda "ofrecer soluciones al desgobierno y al caos organizativo", "incluida una hipotética moción de censura si se dieran las condiciones". Pero subraya que, en el anterior intento, "las tácticas e intereses particulares de algunos partidos que, posteriormente, han demostrado lealtad a Limones" dinamitaron cualquier acuerdo.

También se mostró dispuesta a escuchar Jessica Garrote, candidata de Alcalá Puede, distanciada de Podemos junto a Sheila Carvajal, pero deja claro que pedirá un "proyecto de ciudad y una candidatura clara" que debatirán en asamblea. Garrote niega que tengan acuerdo alguno con el PSOE, si bien admite que ha habido contactos de cara a los presupuestos y la inclusión de propuestas propias. Rosa Carro, la portavoz de C's, dijo que hablará con todos, pero que ello no implica un apoyo de entrada a la moción de censura. Sí tiene intención de pedir la dimisión de Limones si es imputado por el Supremo.

El Grupo Socialista, por su parte, denunció que el anuncio es una "estrategia" de quienes "sin tener el respaldo de los votos ciudadanos, pretenden utilizar el Consistorio como altavoz para sus ambiciones personales", que quienes la promueven no tienen los votos necesarios ni han demostrado capacidad de gestión y negó que el Ayuntamiento esté paralizado por la gestión de Limones, y culpa a quienes quieren desbancarle de "falta de ideas" e iniciativas.