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Patrimonio | Un balcón verde de 20.000 metros cuadrados

Parque de Osset: Una conservación en entredicho

  • Propiedad de la Archidiócesis y cedido al Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache, está en el Cerro de los Sagrados Corazones, lugar de enterramiento del cardenal Segura

El mejor balcón del Aljarafe a Sevilla se encuentra en un más que cuestionable estado de conservación. El Parque de Osset (nombre de la antigua villa romana), construido sobre el cerro de los Sagrados Corazones, en San Juan de Aznalfarache, presenta una importante degradación apenas siete años después de su reapertura tras una inversión millonaria por parte de la Junta de Andalucía. Desde la Archidiócesis de Sevilla, propietaria del parque, han advertido en más de una ocasión al Ayuntamiento de San Juan, al que lo tiene cedido para el uso y disfrute de los vecinos, del pésimo estado de conservación y la falta de vigilancia. El resultado de la inacción del Consistorio se puede comprobar con un paseo: peligro de caídas, balaustradas rotas y sin recoger, árboles que ponen en riesgo la estructura de los balcones, agujeros por la ausencia de farolas, falta de luz, suciedad, capillas desconchadas que necesitan ser pintadas, jardines secos, barandillas rotas con hierros peligrosos... las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, religiosas que dirigen la casa de ejercicios espirituales Betania, junto al monumento del Sagrado Corazón de Jesús, muestran su preocupación por el estado del parque.

Los restos de la balaustrada caídos sobre la terraza. Los restos de la balaustrada caídos sobre la terraza.

Los restos de la balaustrada caídos sobre la terraza.

"El mantenimiento del parque no es el que tendría que ser", explica Josefa Garrido, superiora de la comunidad de religiosas. Este espacio de ocio y esparcimiento, que junto con el complejo monumental del Sagrado Corazón forma el espacio patrimonial más destacado de San Juan, fue cedido de manera gratuita y durante 50 años prorrogables, en tiempos del pontificado del cardenal Amigo Vallejo, al Consistorio sanjuanero. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía se encargó de realizar una completa rehabilitación con una inversión de más de 2,5 millones de euros. La reapertura tuvo lugar en octubre de 2010. Desde entonces, los vecinos de San Juan pueden disfrutar del parque, aunque su degradación ha ido en aumento, como también ha denunciado el Partido Popular de la localidad en alguna ocasión.

La Iglesia denuncia que el parque carece de la vigilancia necesaria y fruto de ello son los importantes desperfectos que presenta. Uno de los más llamativos es el desplome casi total de la balaustrada de uno de los balcones superiores. Las monjas están convencidas de que ha sido fruto del vandalismo y los restos de la balaustrada caída aún permanecen en la terraza inferior semanas después. Una valla actúa ahora de improvisada barrera para evitar caídas, aunque hay partes en las que ni siquiera hay protección. Un par de cancelas bajas tratan de disuadir a posibles vándalos de acceder a esta zona, ya muy próxima a la plaza en la que se encuentra el monumento. Las religiosas, ante la falta de vigilancia en el parque, cuentan de noche con un guardia de seguridad para evitar que las personas puedan saltar al recinto y cometer alguna gamberrada.

Fue reabierto en 2010 tras invertir la Junta 2,5 millones en la rehabilitación integral

El destrozo en las balaustradas es continuo, hasta el punto de que la Archidiócesis ha tenido que hacer un molde de escayola para que la reposición sea más rápida y económica. Aun así, la diferencia entre lo antiguo y lo nuevo es más que evidente. En el mirador donde se encuentra la balaustrada caída, se encuentra una pequeña capilla con una escultura de la Virgen. Aunque está protegida por una reja, las religiosas tienen que limpiar de hojas y basura el interior de manera frecuente, un trabajo que debería realizar el Ayuntamiento según el convenido firmado en su día.

Este periódico visitó el parque para comprobar su estado de conservación. El día de la visita, un grupo de operarios se encontraba en el mismo haciendo algunas labores de poda y limpieza. "Esto no es habitual. Yo creo que tiene que ver con la retirada de la calle al cardenal Segura", aseguran desde la comunidad. Los trabajadores podan con una máquina una higuera que nace de uno de los miradores. El árbol es una amenaza para la estabilidad, además de perturbar la construcción. "La cortan y vuelve a salir". Tras la poda, retiran las ramas caídas al piso inferior.

El parque se distribuye a través de una serie de escaleras y rampas que conducen hasta la zona baja. Está repleto de elementos religiosos, como quince capillas con relieves de los misterios del rosario, obra de Claudio Rius Garrido. Aunque no se encuentran en muy mal estado, sí se echa en falta una renovación de la pintura. No es el caso de otras capillas de mayor dimensión con esculturas de la Virgen. A la de la Inmaculada le faltan trozos de revestimiento y algunas de las letras. Las hierbas también pueblan el interior. Otra de las capillas que cobija una Virgen con el Niño, tiene importantes manchas de humedad y numerosas losetas sueltas o arrancadas, algo que sucede en todo el parque.

Imagen del complejo del Sagrado Corazón y el parque poco después de su inauguración, a finales de los años 40. Imagen del complejo del Sagrado Corazón y el parque poco después de su inauguración, a finales de los años 40.

Imagen del complejo del Sagrado Corazón y el parque poco después de su inauguración, a finales de los años 40.

La falta de iluminación -son visibles algunos agujeros en los que faltan las farolas- es otro de los problemas importantes. También el estado de las barandillas metálicas, muchas de la cuales tienen trozos arrancados, quedando los hierros que los sujetaban al aire, con el peligro que conlleva.

Este parque, también conocido como el jardín de las monjas, se construyó en 1947, dos años después de que se concluyera la gran plaza porticada del recinto de los Sagrados Corazones, diseñada por Aurelio Gómez Millán e impulsada por el cardenal Pedro Segura, arzobispo de Sevilla, que se encuentra enterrado junto a su familia en la cripta bajo el monumento. Todo el conjunto se inauguró en noviembre de 1948. Los distintos espacios de esta zona verde se comunican a través de una serie de caminos y escaleras que llevan a los diversos altares. Las obras de restauración realizadas para su reapertura en 2010, incluyeron la regeneración del arbolado y la vegetación, la mejora de la accesibilidad -al tratarse de un parque lleno de escalinatas y ahora también rampas- y la recuperación de sus elementos patrimoniales y culturales. Entonces, se incluyeron un pabellón para usos culturales y un parque infantil.

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