Carlos López

Pocos podrían llegar a imaginar que una de las noticias más transcendentes para el Condado se anunciara desde un púlpito. Fue en la Misa de Pentecostés de 2012 cuando en el Real de la aldea el obispo de Huelva, José Vilaplana, revelaba la decisión del Papa Benedicto XVI de conceder a la Virgen del Rocío un Año Jubilar Mariano, desde el 15 de Agosto de 2012 al 7 de septiembre de 2013.

Un periodo de gracia con indulgencia plenaria que coincide con el traslado de la imagen al núcleo matriz y el Bicentenario de El Rocío Chico, liturgia esta última con la que se conmemora el voto que en 1813 realizó el pueblo de Almonte por el milagro obrado por la Virgen marismeña cuando, tres años antes (1810), protegió a los lugareños frente a las tropas francesas, que tenían órdenes del mariscal Nicolas Jean de Dieu Soult de pasarlos a cuchillo en venganza por el asesinato del capitán Pierre D'Ossaux.

Más allá de la profundidad religiosa de la concesión, desde una perspectiva netamente económica el Jubileo implica multiplicar el número de peregrinos que arribarán a la parroquia de la Asunción en Almonte, donde la Señora permanece nueve meses al cobijo y cariño de sus fieles y, posteriormente, regresando a su Santuario en la aldea.

Con estas previsiones el Ayuntamiento de Almonte estimó en ocho millones el número de peregrinos que arribarán hasta el núcleo Matriz. En paralelo, el Gobierno de la Nación respaldaba el acontecimiento religioso anunciando en el mes de junio que los Presupuestos Generales del Estado darían cobertura a la declaración como Acontecimiento de Excepcional Interés Público el Año Jubilar, permitiendo así deducciones fiscales de hasta el 95% a las empresas que colaboren en la difusión de la cita mariana.

Pero si un acontecimiento marcó la agenda religiosa en Andalucía, esa fue sin duda el 20 de agosto. Un millón de personas vieron entrar a la Pastora regresando a su pueblo especialmente engalanado para la ocasión y desfilando por la catedral efímera que se encuentra entre los edificios más visitados de la provincia. Una venida que duró 20 horas desde que la imagen salió de su ermita acompañada de cientos de miles de personas que recorrieron de madrugada las tres leguas (15 kilómetros) que marcan la distancia física entre dos templos que encarnan la devoción rociera.

La Hermandad Matriz ha aprovechado el acontecimiento para reforzar su labor de evangelización y ahondar en las raíces de la devoción a la Reina de las Marismas. Por su parte, el Ayuntamiento ha elaborado un pasaporte para el peregrino y una densa programación cultural sin parangón que ha logrado promocionar el municipio y enriquecer la experiencia del visitante. Una concatenación de factores que ha promovido la revitalización económica, mientras que el sector hotelero confía en poder romper la estacionalidad del turismo que aqueja a Matalascañas.

Son los cimientos, se incide desde fuentes municipales. Aún resta todo 2013 para seguir situando a Almonte como la capital mariana de España, a la par que sentando las bases para que el municipio no sólo sea reconocido por su patrimonio medioambiental y más concretamente por acoger el Parque Nacional de Doñana, sino situar al mismo nivel de prestigio sus tradiciones y patrimonio etnológico.

Almonte da la campanada. El protagonismo del municipio fue absoluto hasta el mismo ocaso del 2012. No en vano Canal Sur despidió la noche vieja desde la Plaza Virgen del Rocío, que mira a la portada de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, cuyo reloj y tañido de sus campanas marcaría para los andaluces la entrada del 2013.

Por primera vez en la historia de la televisión pública la retrasmisión de las campanadas se trasladaba hasta la provincia de Huelva. La apuesta salió redonda: la cadena congregó a 494.000 espectadores, logrando un 20,6% y subiendo en 7,6 puntos su cuota de pantalla con respecto al año anterior.

Pero la verdadera campanada se la apuntaba el municipio al lograr una impagable campaña de marketing. Un éxito que no se circunscribe únicamente a la retrasmisión de las campanadas, sino a la iniciativa institucional y de las principales cooperativas hortofrutícolas de cambiar las doce uvas por frambuesas, una propuesta de la que se hicieron eco la mayor parte de los medios de comunicación nacionales.