Málaga

El ERE llega a la esfera municipal

  • Estepona fue la primera, pero la práctica totalidad de corporaciones se han apretado el cinturón

Sebastián Sánchez

Más de 176 empleados municipales. Esta es la cifra de afectados meses atrás por el primer Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en un ayuntamiento español. Un dudoso honor que tiene Estepona, cuyo equipo de gobierno, encabezado por su alcalde, José María García Urbano, ha tratado de responder a la crítica situación de su economía con esta drástica medida.

Más allá del efecto directo de la misma, la realidad es que Estepona abre una senda que analizan no pocas corporaciones locales, acuciadas por la merma en los ingresos y por unas plantillas especialmente sobredimensionadas en etapa de carestía. Entre esas localidades, Marbella, donde el Ayuntamiento no descarta la vía de los despidos de empleados si la Junta de Andalucía no accede a renegociar la devolución del préstamo de 100 millones de euros que concedió a la localidad en época de la gestora. También en Manilva, en la necesidad de acogerse a las ayudas del Gobierno para el pago de proveedores, se prescindió de ocho trabajadores a mediados del pasado ejercicio.

La drástica intervención de Estepona ha contado incluso con el el aval del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que falló a favor del Consistorio ante el recurso que presentaron los sindicatos municipales. El argumento expuesto por el Ayuntamiento era que la plantilla estaba "sobredimensionada", con 800 contratos a dedo, y que el exceso de este tipo de trabajadores supuso que el gasto de Personal absorbiera el 85% de la recaudación ordinaria en 2010. Según Alto Tribunal, la insuficiencia de las arcas municipales tiene carácter de persistente, con lo que el Ejecutivo local tiene la opción de acogerse a la Ley de Estabilidad Presupuestaria que entró en vigor el 1 de mayo de 2012 y que abre la puerta a despidos colectivos si durante tres trimestres consecutivos hay escasez presupuestaria sobrevenida y persistente.

La medida tomada en Estepona es la más severa de cuantas se han adoptado en 2012 en la provincia de Málaga, pero la realidad es que la práctica totalidad de corporaciones locales se han apretado como nunca antes el cinturón. Rebajas en el gasto de personal, reducción significativa en las inversiones, minimización de los aportes a fiestas... son el denominador común de la política local.

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