Director de Diario de Cádiz

Enfrentarse al balance o la panorámica de una provincia como la de Cádiz en 2008 puede desembocar en cierta frustración. Sobre todo si antes de hacerlo se observan con detenimiento los asuntos de los que se hablaba en los anuarios de 2003, 2004, 2005... hasta hoy. Sorprende comprobar cómo la mayoría de los problemas, previsiones y proyectos eran los mismos que hoy, más de un lustro después, con la agravante de que el último año han comenzado a sentirse los efectos de una crisis que poco ayuda a mejorar las deficiencias que vienen de atrás. Por ello, fueron los sucesos los que marcaron las diferencias en la crónica del año para teñirla de negro y rojo.

El año que empezamos a mirar al bolsillo se supone iba a ser el de la transición necesaria e inevitable para la llegada de grandes industrias que recuperaran el hueco dejado por la espantada de Delphi en la Bahía de Cádiz. Pero las cosas buenas suceden a un ritmo más lento con que pasan por los labios de los políticos que las anuncian. Mientras, los desempleados que la salida de aquella empresa dejó en la provincia se entretienen (o "se forman", como defiende la Junta) con un ojo puesto en el calendario para que no se les agote el cobro de la prestación. Ninguna nueva gran empresa de la decena anunciada para la Bahía de Cádiz llegó en 2008 (es más, algunas se "cayeron") y lo peor es que las previsiones para 2009 no permiten ser muy optimistas (salvo en el Gobierno) pues incluso grandes empresas del Campo de Gibraltar y la Bahía de Algeciras acabaron el año con amenazas de reducción de actividad o incluso el cierre. Para colmo, el año no fue el del impulso definitivo a un proyecto crucial, el del polígono de Las Aletas, llamado a convertirse en uno de los ejes industriales más importantes de Andalucía. La burocracia y los tribunales traen de cabeza al consorcio estatal y a los empresarios porque aquello no era tan fácil como se preveía y tanto ecologistas como propietarios no piensan permitir que se haga a cualquier precio. Con todo, en 2009 veremos movimientos, al menos de tierra, en Las Aletas. Y seguiremos esperando el maná de las empresas, que será sustituido en parte por el dinero del fondo estatal para inversiones en municipios, que en la provincia de Cádiz ha permitido presupuestos de inversiones récord en muchos ayuntamientos. Aunque para récord, el desempleo, que volvió a cebarse con esta provincia, cerrando el año con 147.55 parados, 39.023 más que el año anterior, o lo que es lo mismo, a razón de 107 personas sin trabajo de media cada día.

Un consorcio que sí ha arrancado no sin dificultades ha sido el del Bicentenario de la Constitución de 1812. Por fin se han puesto en marcha obras que permitirán celebrar como se merece esa efemérides, como la rehabilitación del Oratorio de San Felipe Neri o el castillo de San Sebastián, en Cádiz. Lo que no se merece una celebración así es el espectáculo poco edificante que han mostrado dos de las administraciones implicadas, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Cádiz, con sus continuas disputas. Ni siquiera en algo tan básico como el logotipo oficial de la conmemoración, que destaca "La Pepa" por encima de los nombres de Cádiz y San Fernando, se han puesto de acuerdo. Pero es que en la capital raro fue el asunto que alcanzó un consenso institucional. El año comenzó con la polémica de los quioscos del Ayuntamiento, denunciados por la Junta, y acabó con la del indulto autonómico al edificio de la Aduana, cuyo derribo era fundamental para llevar a cabo la proyectada reforma de la plaza de Sevilla.

Socialistas y populares vivieron un enfrentamiento con consecuencias políticas inmediatas en Chiclana, un bastión del PSOE arrebatado por el PP gracias a un pacto cuatripartito que acabó hecho trizas merced a la descomposición interna de Izquierda Unida en la localidad, lo que desembocó, con el cambio de filas de la única concejal del PSA, en una moción de censura que hizo regresar a la Alcaldía al socialista José María Román, candidato más votado en las últimas elecciones municipales. El juego de la política también permitió al PP hacerse con la alcaldía de San José del Valle y al cierre de este artículo estaban en el aire los gobiernos de municipios como Bornos, donde el PP gobernaba en minoría, o en Benaocaz, donde se rompió el pacto que permitía gobernar a los populares.

No fue un buen año para históricos de la política provincial como Pedro Pacheco, definitivamente apartado de su escenario natural y enfrentado a un sector del partido que creó, ni para José Antonio Barroso, el incontenido alcalde de Puerto Real, al que el juez Grande-Marlaska decidió procesar por injurias a la Corona en uno de sus arrebatos en favor de la República en el que cruzó la raya que separa la crítica de la ofensa para entrar además en la del mal gusto. Tampoco el alcalde popular de La Línea, Juan Carlos Juárez, se libró de nuevas acusaciones que le hicieron pasar por los tribunales, en lo que ya es la tónica habitual de sus mandatos.

Por contra, fue el año de la irrupción de un rostro nuevo y joven de la provincia de Cádiz en la política nacional. La alcalaína Bibiana Aído saltó al primer plano de la actualidad al ser nombrada la primera ministra de Igualdad por José Luis Rodríguez Zapatero tras las elecciones generales. La ex delegada provincial de Cultura y ex directora de la Agencia Andaluza del Flamenco, la miembro (o "miembra" según ella) más jóven del Gobierno se convirtió en poco tiempo en blanco de críticas y también en uno de los nombres más buscados en Google por los internautas.

Tampoco 2008 pasará a la historia por las infraestructuras. La provincia siguió pendiente del desarrollo de grandes proyectos como el segundo puente sobre la Bahía (sobre cuya denominación oficial, "La Pepa", también está servida la correspondiente bronca entre PSOE y PP), que acabó el año con el 25 por ciento de la obra concluida y del que supimos que tendrá un tramo móvil. También del desdoble del ferrocarril para la llegada de la alta velocidad a Cádiz, que tuvo importantes avances en algunos tramos pero sigue avanzando lentamente en otros (sólo un 8 por ciento construido entre Sevilla y Jerez frente al 80 por ciento entre Jerez y Cádiz). No menos interés despertó un nombre recuperado de la memoria colectiva: el tranvía. Con polémicas políticas y vecinales incluidas, San Fernando vio cómo este medio de transporte cambiaba la fisonomía de su calle más conocida, la calle Real, mientras que en la vecina Chiclana seguían esperando la llegada de unas obras que el gobierno del popular Ernesto Marín no veía nada claras. También Jerez se sumó al carro de los tranvías con un proyecto aún muy verde, aunque al menos consiguió que se incluyese en los presupuestos de 2009 su arranque, así como el esperado apeadero en el aeropuerto. La gota de surrealismo la puso el proyecto del puente que deberá unir las variantes de Rota y de los Puertos, en El Puerto, cuya obra se acabó a la mitad cuando ni siquiera se había licitado el resto.

Por lo demás, repetición de lo mismo: el nudo de Tres Caminos sin avances, sólo con promesas; y las autovías Jerez-Dos Hermanas y Vejer-Algeciras "en construcción".

Con estos mimbres (llegar de Alemania a Chiclana sigue siendo una aventura) no debe extrañar que el turismo de la provincia viviese uno de sus peores años y que el aeropuerto, a pesar de estar en obras de ampliación, presentase unos registros de otras épocas y se anunciase la cancelación de vuelos nacionales e internacionales. La batalla contra la estacionalidad del turismo en la provincia la siguen ganando en otros destinos, como apuntaron en 2008 los principales touroperadores.

Por tanto, como decíamos al principio, fueron los sucesos los que marcaron la diferencia en un año lleno de sobresaltos. El empresario sanluqueño Rafael Ávila fue secuestrado por una extraña banda de delincuentes comunes y liberado por la Policía en una operación sobre una casa de campo en la provincia de Huelva. También, en cierto modo, fue liberado Rafael Ricardi, un portuense encarcelado durante 11 años a pesar de ser inocente del delito de violación del que fue acusado. Las pruebas de ADN le han permitido hoy volver a ser libre y dejar en evidencia una vez más a la Administración de Justicia en este país. Las carencias en las infraestructuras urbanas se pusieron de manifiesto con la tromba de agua que el 11 de octubre inundó viviendas, comercios y garajes de varias localidades, entre ellas la capital, causando cuantiosas pérdidas. En el Campo de Gibraltar hubo que lamentar nuevos vertidos de buques que encallaron en sus aguas, aunque la llegada de pateras no fue patrimonio exclusivo de esta comarca, pues durante el año se registraron casos en El Puerto, en Chiclana o en plena capital. En Algeciras y Tarifa se produjeron grandes incendios forestales, en un año en el que se disparó el número de hectáreas afectadas por el fuego en la provincia. La Policía y la Guardia Civil tuvieron bastante trabajo en un año en el que las bandas de delincuentes volvieron a tomar la provincia para sus siniestras andanzas, como la de "Los Flores", que causó el pánico en el Marquesado y otras zonas. Tras asesinar a la joven Tamara Leyton y herir a un agente en la Sierra, los miembros del clan fueron detenidos en Jerez. Muy cerca, en Sanlúcar, se intervino tanta droga durante el año que el ministro Rubalcaba, diputado por Cádiz, no tuvo otra que anunciar la creación de un grupo Greco que trate de acabar con este nuevo foco del narcotráfico surgido de la actividad del Sive en otras comarcas "tradicionales" para el paso de drogas. Una lacra que siguió deambulando ante los ojos de todos en barrios marginales convertidos en bunkers como José Antonio en El Puerto o El Chicle en Jerez.

Con todo, la provincia que espera el eterno despegue anunciado mirará siempre a la esperanza, no queda otra, y lo hará, por ejemplo, a través de los ojos de Javier, el llamado bebé-medicamento, un algecireño nacido en octubre para dar la vida a su hermano, que padece una grave enfermedad.