Provincias

El patio trasero cobra vida

Javier Chaparro

Director de Huelva Información

La segunda tasa de paro más alta de España (34,23%, según la EPA) al final de año en una provincia que cuenta con muchos recursos para convertirse en referente económico, pero de tamaño tan relativo en el ámbito nacional y andaluz que le resta fuerza para condicionar o marcar posiciones estratégicas ante los gobiernos de turno y poderes económicos. Pesca, agricultura, ganadería y turismo de calidad se dan la mano en un territorio que cuenta con el mayor parque nacional de España y en el que, simultáneamente, la industria química, básica y energética crece año a año, aportando el 8,8% del PIB onubense. La minería, punto y aparte, despierta poco a poco del letargo. No es buen signo que los discursos oficiales reiteren una y otra vez las excelencias de un pasado jalonado por tartesos, cartagineses y romanos mientras los periodistas tomamos nota de ello. Mi Huelva tiene una ría, reza el pasodoble. Y también "potencial", término acuñado para referirnos a las posibilidades de creación de riqueza y que, de tanto manoseo, ha perdido el sentido. Todo pasa por una simple conjugación de verbos, de pasiva a activa, por que esos motores ahora al ralentí funcionen a pleno rendimiento. ¿Causas? A la citada ausencia de peso específico de los sectores productivos hay que sumar el suspenso de las administraciones en el cumplimiento de sus deberes. Lo hicieron en el pasado y repitieron en 2011. Las inversiones públicas se redujeron a la par que en el conjunto de Andalucía, dejando en testimoniales o en barbecho perenne los proyectos. El listado es amplio: la provincia de Huelva se despuebla con poco más de medio millón de habitantes, mientras espera un AVE prometido para 1992, el año de aquella Exposición Universal que dio de lado a los lugares colombinos, en tanto que la conexión con Extremadura a través de la N-435 sigue siendo una carrera contra el reloj que ralentiza la salida y llegada de productos a través del Puerto de Huelva.

Y en los mapas de rutas aún queda por trazar una conexión directa con Cádiz, hermana de orillas del Gualdalquivir, tan cercana y distante a la vez.

Hay también razones para encarar el futuro con cierto optimismo, aunque nunca esté de más cierta dosis de cautela. La industria del Polo sigue adelante con más producción, más beneficios y, mejor aún, inversiones durante el temporal económico. Las fábricas ya adelantaron muchas de ellas en la antesala de la crisis -sin ir más lejos, la ampliación de la refinería de Cepsa por 1.000 millones de euros- lo que ha contribuido a mejorar su eficiencia y a afinar más la oferta de productos, demandados de forma especialmente intensa por parte de los países emergentes.

La política y los políticos también son responsables al haber aparcado sus diferencias sobre la política industrial. La crisis les ha despojado de prejuicios, permitiendo generar un clima de confianza y estabilidad institucional que las empresas agradecen. En la práctica, el Puerto de Huelva (como propietario de los suelos), la Junta de Andalucía, (con la autorización ambiental integrada) y el Ayuntamiento de Huelva (con los votos a favor de PP y PSOE en el Pleno) han puesto claridad a la continuidad de las fábricas asentadas en la avenida Francisco Montenegro al dar su visto bueno a que la empresa de fertilizantes Fertinagro recupere las instalaciones de la desaparecida Nilefos, aunque más difíciles parecían las cosas con Foret (45 años de historia a sus espaldas) al cierre de este anuario. La autorización se extiende hasta 2035, lo que amplía el margen de tranquilidad a las otras grandes factorías que se asientan en el que fuera patio trasero de la capital: Atlantic Copper y Fertiberia. Endesa, como dueña de los suelos de su central térmica, juega un partido aparte.

El paisaje del Polo ha cambiado. A los 10 millones de inversión inicial de Fertinagro hay que sumar los 169 millones que Ence ha empezado a ejecutar en la construcción de su planta de biomasa cerca de San Juan del Puerto, con 50 megawatios y capaz de abastecer a una población de 360.000 personas. En el horizonte están nada menos que los 1.000 millones previstos por Villar Mir para levantar una planta regasificadora y dos centrales de ciclo combinado en el Puerto Exterior: junto con la ampliación de la refinería, es el mayor proyecto industrial desarrollado jamás en Andalucía. Y ambos en el térmimo municipal de Palos de la Frontera.

Tanto tiempo de espaldas, Huelva y las industrias caminan hacia la integración. Allí donde terminan las fábricas de la Francisco Montenegro comienzan las obras del Paseo de la Ría, un ambicioso proyecto de un kilómetro de longitud que liberará a la urbe de sus corsés. La planificación indica que en 2013 será un balcón que se asomará a las aguas del Odiel en su desembocadura, un escaparate donde la Huelva del Siglo XXI pretende mirarse a sí misma y reflejarse al exterior. En la urbanización del anejo Ensanche han comenzado a trazarse las parcelas donde se ubicarán un gran centro comercial, viviendas y espacios dotacionales... Unidos a la futura estación del AVE, aún sin vías a la vista. La Huelva del futuro se construye con años de retraso respecto a otras grandes ciudades. Y en plena crisis.

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