Carlos Navarro Antolín

No la tumbaron. Se ha erigido en la Cartuja, destacando en el horizonte de la ciudad, a pesar de las polémicas, de los informes en contra, de las críticas de los frentes conservacionistas y de la guerra de declaraciones entre representantes políticos. Sus 178 metros de altura en el sector sur de la Isla de la Cartuja y su ubicación a cerca de 1.600 metros del enclave del casco histórico de Sevilla han provocado que desde el primer día haya estado marcada por la polémica.

Al amparo del nuevo PGOU, el alcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín concedió la licencia para la torre entonces denominada Cajasol como futura sede principal de la caja de ahorros. La primera piedra se colocó en julio de 2007. La torre nació marcada por una polémica que, lógicamente, centró en buena medida la campaña electoral de las municipales de mayo de 2011. El entonces líder de la oposición, Juan Ignacio Zoido, prometió una revisión de la licencia y una orden de paralización de las obras, pero tras alcanzar la Alcaldía y realizar los correspondientes estudios, tuvo que dar marcha atrás ante la más que probable obligación de indemnizar a la promotora en caso de retirarle el permiso.

El gran debate sobre la torre se produjo en 2012 cuando determinados informes aseguraban que por su construcción corría peligró la declaración de patrimonio de la humanidad sobre el conjunto de edificios de la Catedral, el Archivo de Indias y el Real Alcázar. El alcalde, Juan Ignacio Zoido, pasó de discutir la torre y revisar su licencia a defenderla en la XXXVI sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, celebrada en junio de 2012 en San Petersburgo, donde Sevilla corrió el peligro de ser incluida en la lista negra de ciudades que no cuidan su patrimonio histórico. "Yo soy el acalde de Sevilla y tomo las decisiones que hay que tomar para defender la ciudad", dijo Zoido a su regreso a la ciudad. Se comprometió a modificar el PGOU para impedir la construcción de más rascacielos de la Cartuja, así como a la redacción de planes especiales de protección para espacios históricos como el barrio de Santa Cruz, el entorno del templo gótico mudéjar de Santa Catalina o la Torre del Oro. El Ayuntamiento ha ofrecido la celebración en Sevilla de un congreso de expertos internacionales para reunir "los avances teóricos y doctrinales" sobre la relación entre las ciudades con monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, los paisajes históricos y "el crecimiento lógico y normal" de tales núcleos urbanos. En este arranque de 2013, la Unesco espera un informe sobre los compromisos asumidos por la ciudad para evitar que sus monumentos declarados Patrimonio Mundial figurasen en la lista del Patrimonio Mundial en peligro.

La torre debe estar lista en 2014, aunque está en el aire cuál será finalmente su uso desde el momento en que Cajasol ha quedado absorbida por La Caixa. En el edificio bajo, adyacente a la torre, sí está anunciando el proyecto cultural Caixaforum, una vez que se descartó la sede de las antiguas Atarazanas en el barrio del Arenal.