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El tranvía fantasma

El tranvía de Jaén se ha convertido, como algún que otro ejemplo repartido por la geografía española, en una infraestructura fantasma. Una obra faraónica de 110 millones de euros, terminada en un tiempo récord, que se ha transformado en  4,7 kilómetros de un trazado abandonado, por el que hace meses que no pasa ningún tren. Este moderno sistema de transporte debería discurrir por el eje sur-norte de la ciudad, de hecho así lo hizo durante las pruebas en plena campaña electoral para las elecciones municipales.Las obras de esta infraestructura comenzaron en mayo de 2009 con el objetivo de que el tranvía comenzara a funcionar a principios de 2011.

El Ayuntamiento de Jaén, administración responsable de su explotación, adjudicaba en febrero de 2010 la contratación y suministro del material móvil a la empresa Alstom, con la consabida polémica por no habérsela concedido a la jiennense Santana.

Apenas un año después, en abril de 2011 se formalizaba el trámite administrativo para la entrega por parte de la Junta de Andalucía al Consistorio de la infraestructura y su flota de trenes, comenzando la última fase de pruebas, de pre-explotación, consistente en la simulación de marcha comercial con pasajeros.

Comenzaron así, el 3 de mayo, los viajes del tranvía jiennense con pasajeros y de forma gratuita. Incluso el transporte sufrió su primer accidente cuando en uno de los cruces de más densidad de tráfico de la ciudad un tren golpeaba el lateral de un vehículo que había hecho un giro indebido, sin que se produjesen daños personales.

Un mal menor comparado con el problema surgido el 19 de mayo, a tres días de las elecciones municispales del 22-M. El Ayuntamiento paralizaba el servicio del tranvía por orden de un juzgado de lo contencioso administrativo por la gratuidad del mismo y tras una demanda de la empresa de autobuses urbanos Castillo, que alegaba competencia desleal.

Los cambios de gobierno municipal tras las elecciones no ayudaron a solucionar el problema, ya que el nuevo equipo de Gobierno del PP, siempre se había manifestado contrario a esta infraestructura y alegó que la crítica situación del Consistorio dificultaba su puesta en marcha por el elevado coste.

Según las cuentas del PP, el déficit anual del tranvía es de seis millones de euros. Además el Ayuntamiento tiene que pagar 1,7 millones anuales por el mantenimiento de los cinco vagones cuyo coste adelantó la Junta de Andalucía.

El nuevo equipo municipal ofreció al Gobierno andaluz aplazar el pago del material móvil, con cinco años de carencia, y abonarlo en cuarenta años desde el 2016, propuesta a la que la Junta se negó. En medio de esta polémica y como arma arrojadiza entre PP y PSOE finalizaba el año. Medio centenar de trabajadores que no han podido terminar su periodo de formación.

El proyecto bandera electoral de la socialista Carmen Peñalver, convertido en raíles utilizados en muchas partes de su trazado como aparcamiento improvisado, mientras las plantas se mueren por la falta de riego y el césped artificial va perdiendo su verde por la suciedad, si no desaparece por los robos.

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