Aunque no tiene relevancia en el día a día del Betis, un movimiento se ha producido en las últimas horas, que todavía no está recogido en el libro de accionistas, tras el pacto alcanzado por Lorenzo Serra Ferrer y Joaquín Caro Ledesma, por el que la mayor parte del paquete de acciones del balear pasa a ser controlado por el empresario.

La transacción, registrada en una notaría fuera de Sevilla, implica que Lorenzo Serra Ferrer deja de ser, por ahora, uno de los accionistas principales del Betis, aunque el balear, que mantiene un paquete mínimo, conserva un derecho de recompra.

La excelente relación que mantienen Serra Ferrer y Caro Ledesma ha propiciado este acuerdo, que supone una ayuda económica para el balear en estos tiempos complicados para cualquier empresario. El balear adquirió ese 1% de acciones en 2017 por una cantidad cercana al medio millón de euros, una cifra similar a la que ha recibido ahora por parte de Caro Ledesma.

El vínculo entre ambos se remonta a la etapa en la que coincidieron en el consejo de administración del club verdiblanco e incluso una de las primeras reapariciones de Serra Ferrer tras su adiós al Betis se produjo en el palco privado de Caro Ledesma en el Benito Villamarín. Además, el propio Caro ya contó con la representación de las acciones de Serra Ferrer en alguna Junta de accionistas, además de que ambos formaron parte de la plataforma de Es posible otro Betis, que se presentó como alternativa en la junta del pasado mes de diciembre.

Serra Ferrer, que había recibido propuestas más elevadas por su paquete accionarial provenientes de personas del entorno del club verdiblanco, ha preferido mantener su compromiso con Caro Ledesma y la plataforma Es posible otro Betis, a la que apoyó en la Junta de accionistas del pasado mes de diciembre, de ahí que haya optado por este pacto, que, además, le permitiría seguir contando con las acciones en un futuro.

Mientras tanto, el empresario, que se salió del consejo de administración presidido por Ángel Haro a comienzos de 2019, unos meses antes de confirmarse el adiós de Serra Ferrer, continúa aglutinando títulos y se convierte en el tercer accionista del Betis a nivel individual con un 8%, sólo superado por los dirigentes Ángel Haro y José Miguel López Catalán, que controlan alrededor de un 10% cada uno.