Análisis | Betis

Ayoze, aire fresco para un ataque previsible

Ayoze, en su primer entrenamiento como bético.

Ayoze, en su primer entrenamiento como bético. / RBB

Los futbolistas del Betis acabaron desquiciados con el arbitraje de Ricardo de Burgos Bengoetxea, pero más allá de cualquier polémica arbitral, la derrota del cuadro verdiblanco ante el Barcelona volvió a reflejar una realidad que se ha visto en los de Pellegrini hasta en las victorias conseguidas en lo que va de curso: una fútbol ofensivo que no tiene nada que ver con el de la pasada temporada.

Si el Betis ha mejorado muchísimo en defensa, en ataque no termina de carburar, con la sensación presente de que tiene más puntos que buen fútbol –de ahí el denominado milagro de Pellegrini pese a los fallos que éste pueda cometer–. Sobre todo, es más que notable la falta de velocidad, de esa verticalidad tan característica del curso anterior de la que queda muy poco, lo que limita la capacidad para generar ocasiones. Y eso se ve incluso desde la creación, con un juego previsible salvo cuando William Carvalho tira de galones, como se vio ante el Barcelona, especialmente, tras su salida del campo y la entrada de Guardado.

A excepción alguna salida limpia de la pelota por medio del luso, ésta le duraba muy poco a un equipo bético en inferioridad numérica en la medular ante los cuatro centrocampistas que dispuso Xavi, con Busquets y De Jong en el doble pivote y Gavi y Pedri moviéndose con mucha comodidad. Por ello, el Betis corrió tanto detrás de la pelota, sobre todo en el segundo tiempo, donde la superioridad barcelonista con la manija del esférico fue más que evidente.

Esa capacidad limitada de crear ocasiones claras también se debe a que los principales puntales ofensivos no andan finos. Fekir tiene una gran calidad pero está lastrado físicamente y tuvo que ser cambiado ante el Barça, Canales sigue sin arrancar, Luiz Henrique se ha diluido en los últimos partidos tras aquella exhibición en Vallecas y altera por ahora buenas actuaciones con otras muy desesperantes y a Borja Iglesias le faltan en este curso dosis de claridad arriba. A Juanmi, como es lógico, le falta un pelín en su puesta a punto, sobre todo chispa, tras tanta inactividad; Willian José continúa sin transmitir buenas sensaciones, Rodri aporta voluntad y trabajo dentro de su calidad, pero tiene que dar un paso al frente para convertirse en un jugador más determinante y Juan Cruz sigue por ahora jugando con el filial a la espera de volver definitivamente con el primer equipo.

Un extremo que vaya al espacio y un lateral derecho de nivel son necesidades pendientes

Dentro del análisis de ese bajón de juego del Betis también tiene que ver los movimientos en el plantel. Los laterales han jugado siempre un papel fundamental en el buen funcionamiento ofensivo del cuadro de Pellegrini. La salida de Álex Moreno se nota muchísimo, a la espera de que Abner, que ya en la segunda parte ante el Barça empezó a acercarse al área rival con peligro, se adapte pronto y bien. Miranda está poniendo mucha voluntad y ganas cuando juega, pero no percute ni sorprende con la explosividad del hoy jugador del Aston Villa y en la banda derecha, de Emerson se pasó a un Bellerín que dejó, en líneas generales, un buen rendimiento, y de ahí a un irregular Sabaly y a un Aitor Ruibal que se ha tenido que adaptar a esa posición con mucho sacrificio y entrega (algo digno de elogio). Ahí, el nivel ha bajado.

Y si en el plantel actual hay overbooking de mediapuntas, la ausencia de extremos explosivos es palpable. Eso provoca que la capacidad de sorprender al rival que el Betis tenía haya terminado de disminuir sin Álex Moreno, pues le falta al equipo heliopolitano un extremo, sobre todo que juegue por la izquierda, veloz y explosivo, que no firmó el Betis en verano ni ahora en invierno –Luiz Henrique es más de recibir siempre al pie y regatear en el uno contra uno que de sorprender en velocidad yendo al espacio–.

Pero para mejorar las prestaciones en ataque ha incorporado el Betis a Ayoze Pérez, un futbolista que está llamado a marcar diferencias. Calidad tiene de sobra el mediapunta tinerfeño, que deberá adapatarse muy pronto a jugar en esa línea de tres que Pellegrini pone por detrás del punta. Un jugador con un buen golpe de balón, visión de juego y rápido que puede aportarle al conjunto verdiblanco algo diferente. Aire fresco para un ataque previsible.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios