Análisis | Planificación deportiva

Betis, deberes en el ojo clínico

  • Los fichajes invernales no terminan de arreglar el agujero de la medular

  • El lunar de la portería continúa presente

  • La gran apuesta en ataque, Borja Iglesias, sigue sin dar resultado

Alexis, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, en la presentación de Guido Rodríguez como nuevo jugador del Betis.

Alexis, Ángel Haro y José Miguel López Catalán, en la presentación de Guido Rodríguez como nuevo jugador del Betis. / Juan Carlos Muñoz (Sevilla)

El Betis, sin atisbo de cambios a nivel institucional, lleva tiempo trabajando en la planificación de la próxima temporada. Pero antes de mirar al futuro, a la espera de ver cómo acaba el presente curso, el trabajo realizado en verano y en invierno por la dirección deportiva, encabezada por José Miguel López Catalán, requiere también de un profundo análisis para explicar la situación actual de un equipo verdiblanco que sigue inmerso en una dinámica negativa.

La continuidad del estilo

Buscaba el Betis después de la salida de Quique Setién un técnico que le diera continuidad al estilo, pero la realidad fue bien distinta, ya que la idea del cántabro y de la de Rubi no son idénticas. Así, el de Vilasar de Mar se encontró con una plantilla confeccionada más para la filosofía del santanderino que para el catalán, que durante el largo arranque del campeonato liguero tuvo que convivir con la sombra de la posible vuelta del actual entrenador del Barça.

Tras el partido ante la Real Sociedad en Anoeta llegó un pequeño punto de inflexión que permitió a los de Heliópolis alejarse del peligro para merodear siempre los puestos de la zona media (nunca por encima del noveno), pero sin haber dado por ahora ese salto hacia el grupo de aspirantes a jugar en Europa. Así, tras aquella mejoría, los problemas del Betis volvieron. Rubi, con su cuota de responsabilidad, no ha terminado de dotar de fiabilidad a su equipo (sangría de goles recibidos), persiste en seguir poniendo a Borja Iglesias por delante de Loren, en muchas ocasiones la lectura de los cambios las hace tarde, el problema de defender el balón parado sigue presente...

La búsqueda de un director deportivo o un técnico de caché evidencia la falta de un referente en el Betis

No obstante, a pesar de esto y, sobre todo, de los números actuales (un triunfo en los últimos diez partidos de Liga), más la eliminación en la Copa ante el Rayo, el catalán sigue al frente del cuadro de Heliópolis por decisión de los actuales rectores. Incluso, como se ha visto en el Benito Villamarín, una gran parte de la parroquia bética no ha centrado su foco en él, sino en la gestión deportiva de los principales rectores, entendiendo que es una víctima más del proyecto actual.

De verano a invierno

La planificación de verano dejó lunares importantes, comenzando por la portería.La apuesta por Dani Martín no está dando el resultado esperado y Joel muestra síntomas de irregularidad, intercalando buenas actuaciones con otras malas, y todo ello, sin tener competencia. El segundo aparece en el centro del campo, con la ausencia en verano de un pivote que dotara de consistencia y músculo al centro del campo.

La carencia, ya de la temporada pasada, ha pasado factura al Betis en muchos partidos y tampoco en el mercado de invierno, al menos por ahora, ha sido subsanada. Édgar ha cumplido casi siempre que ha jugado y ha servido para tapar algo el agujero en la medular, pero el problema sigue existiendo ahí; y la llegada de Guido Rodríguez tampoco está siendo la solución, ya que el argentino está pagando la adaptación a un fútbol como el español, de un ritmo mucho mayor que el de México, además de evidenciar una lentitud importante de movimientos, como a la hora de girarse hacia atrás cuando es superado por un rival. Así, tras algunas escasas apariciones en el once donde no ha convencido, el ex del América se encuentra en un segundo plano, como Aleñá, cuya presencia ha ido de más a menos en el equipo hasta el punto de que las dos incorporaciones invernales presentan, en estos momentos, la etiqueta de fondo de armario antes que la de rendimiento inmediato.

También sigue siendo evidente que la plantilla actual cuenta con perfiles repetidos en los centrocampistas –cuesta entender también aquí la política de renovaciones–, primando el toque antes que la fuerza, sin contención, sin capacidad para grandes despliegues físicos para realizar la presión y el robo del balón...

La continuidad del estilo queda en entredicho ante los resultados registrados en la presente temporada

Ni Carvalho, como ya se pudo comprobar en la etapa de Setién y ahora tras volver de su lesión, vale como pivote defensivo, ya que los verdiblancos se siguen partiendo por ahí en muchas fases del juego. Así, detrás de los Joaquín, Fekir o Canales el Betis no tiene obreros para la contención, apareciendo los problemas defensivos, fruto también de contar con laterales que van mucho mejor en ataque que en defensa.

Y en el eje de la zaga tampoco se ha terminado de ver contundencia, especialmente, en la línea de cuatro, con rendimientos individuales muy irregulares dentro de la pareja casi siempre titular (Bartra y Mandi) y decisiones de Rubi como la poca presencia en el once de un Sidnei (entre lesiones y la poca confianza que le ha dado el técnico cuando ha estado disponible) que fue de lo mejor en Mestalla o la falta de continuidad de Feddal (desaparecido del equipo tras el partido en Vallecas y los dos compromisos de sanción en Getafe) para poder adquirir la forma necesaria a base de partidos con la que demostrar que es un central todavía más que aprovechable en Heliópolis.

Las apariciones de Fekir en muchos encuentros de la temporada sí han sido positivas, aunque él mismo ha reconocido que todavía está por verse su mejor versión y no ha estado en muchas ocasiones de resultados positivos. Sin duda, el gran lunar está siendo por ahora el rendimiento de Borja Iglesias tras una inversión en verano de casi 30 millones de euros, cuya titularidad por delante de Loren es otro de los puntos negros, también, de Rubi en las alineaciones de un Betis que sigue acusando su falta de acierto y penalizando sus errores atrás. Por ello, el plantel bético no termina de ser ni equilibrado ni compensado, además de faltarle a sus hombres aspectos importantes, como el manejo del otro fútbol.

Sin referente

La figura de un referente en materia futbolística sigue siendo fundamental en un club profesional. Ese hombre de fútbol que no sólo se dedique a fichar, sino a gestionar algo que es fundamental en un club: el día a día. Apretar a los jugadores, saber sobrellevar diferentes situaciones de un vestuario (mantener involucrados a los menos habituales, darle confianza a los que rinden, dialogar y tener entendimiento con el entrenador...), gestionar momentos de crisis, inyectar gen competitivo, ADN ganador... En definitiva una cabeza visible a nivel deportivo, algo de lo que sigue careciendo la entidad de Heliópolis. Y la prueba es que la opción de firmar un director deportivo sigue presente en los actuales mandamases.

El modelo futuro

La continuidad de Rubi, salvo giro inesperado en esta recta final del campeonato de cara a lograr el objetivo de ir a Europa, parece complicada. Por ello, los movimientos en el Betis en cuanto a firmar un nuevo entrenador ya comenzaron semanas atrás, con nombres como Marcelino y Pellegrini presentes.

Porteros y laterales fiables defensivamente, centrales contundentes, fuerza en la medular, velocidad arriba...

Pero si algo se antoja clave en un club de fútbol a la hora de escoger técnico es la elección de los perfiles de los futbolistas que éste tendrá a su disposición y ahí aparecen varias reflexiones, entre ellas, una referente al argumento de "conservar el estilo", algo que le ha quitado más que dado a un Betis que necesita una reconstrucción de atrás hacia delante (porteros fiables, centrales más contundentes, laterales seguros a nivel defensivo, extremos más profundos, delanteros rápidos para las contras...).

Otra reflexión en esa reconstrucción radica en quién asumiría la ejecución de la misma. Muchas incógnitas en un Betis que ante todo debe centrarse aún en lo que resta de temporada.

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