El Betis ha demostrado en muchos encuentros de la presente temporada que ha sufrido mucho ante rivales que juegan con mucha intensidad y que realizan una presión fuerte y constante con la que ganar la batalla en el centro del campo, donde los verdiblancos se han visto en muchas dificultades a la hora de realizar labores de contención por no tener en el plantel perfiles de mediocampistas que se fajen, que roben balones, que sean intensos durante casi los noventa minutos, jugadores de ida y vuelta... En definitiva, más físico y más músculo de cara al futuro en la planificación, dos aspectos claves en la élite.
Comenzó el Betis la temporada con la ausencia de un pivote de contención que dotara de más fuerza a la medular, con Javi García en un segundo plano, la lesión de William Carvalho que agravó más un problema existente de la temporada anterior, y una pieza como Kaptoum que tampoco funcionó ahí. Sólo la irrupción de Édgar dotó de mejoría a la medular verdiblanca en labores defensivas, pues de momento Guido Rodríguez sigue con su periodo de adaptación y sus actuaciones tampoco han terminado tampoco de convencer a Rubi.
Por lo demás, Guardado, Aleñá y Canales son jugadores con características similares, de ahí que los de Heliópolis tengan un centro del campo con perfiles repetidos y echen en falta otros como en anteriores épocas tenían futbolistas como Cañas o Merino (presión, robo, ida y vuelta...). Perfiles esenciales en un fútbol actual donde la fuerza y el músculo juegan un papel clave a la hora de robar y presionar.
Así, los números evidencian también la necesidad que tiene el Betis de contar en sus filas con centrocampistas con características distintas a los actuales, pues los verdiblancos son actualmente el decimoséptimo equipo de la Liga en intercepciones del balón (una media de 8,6 por partido), el decimonoveno en entradas por partido (13,4 de media por partido) y decimosexto en faltas cometidas (12,2 de media por partido). Datos que muestran la obligación del equipo heliopolitano de fortalecer para el próximo curso este lunar en la medular, dejando a un lado el argumento de la continuidad del estilo tan usado en Heliópolis.
Y todo esto sin obviar un aspecto fundamental del que carece el Betis, el manejo del otro fútbol, también clave para competir al máximo: elegir el momento de hacer faltas para frenar el juego del rival y que éste no se sienta cómodo, saber cuándo hay que dormir el partido sin arriesgar absurdamente y cuándo meterle una marcha más, mostrar picardía…
"No somos un equipo que nos definamos como agresivo; eso está clarísimo. Con la experiencia y la gran plantilla que tenemos tendríamos que saber jugar también al otro fútbol… Es verdad que damos prioridad a tener el balón, a disfrutar con él, a hacer el camino por ahí para conseguir la victoria, pero estoy de acuerdo con que en algunos momentos pecamos de no saber hacer el otro fútbol; no tenemos esa experiencia”, comentó Joaquín, capitán del Betis, recientemente en Radio Marca Sevilla.
Así, a la espera también de ver qué pasa con el futuro de algunos centrocampistas de la plantilla de cara a la próxima temporada, el Betis deberá enmendar la falta de más músculo y fuerza cuando se abra el mercado de fichajes. Lo marca la élite.
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