Análisis de la derrota en Huesca

Betis: un rosco difícil de digerir

  • El revés en El Alcoraz dejó al descubierto las lagunas en la dirección del banquillo y en la hierba de un Betis que no existió

  • Los verdiblancos, obligados a reactivarse en la Copa y ante el Madrid

Setién, bajando del autobús del Betis antes de viajar a Huesca.

Setién, bajando del autobús del Betis antes de viajar a Huesca. / Víctor Rodríguez (Sevilla)

El partido del Betis en El Alcoraz no tuvo justificación alguna. Ni la estadística, a veces usada para enmascarar la realidad, sirve para defender el encuentro que firmó el conjunto de Quique Setién ante un Huesca que logró su primer triunfo de la temporada ante su afición gracias, sobre todo, a que tiró de amor propio y fue a por cada balón como si fuera el último, desde el minuto uno hasta el final.

Los verdiblancos no existieron ante el colista ni desde el banquillo ni en la hierba, lo que provocó una indignación máxima en una afición que observó cómo esa idiosincrasia de fallar cuando no debe sigue sin ser erradicada definitivamente en su equipo. Sobre todo, porque un conjunto que quiere seguir creciendo se ha dejado ya por el camino puntos ante Levante, Valladolid, Celta, Huesca, Villarreal, Eibar... Y todo sin obviar las lagunas existentes en la dirección del banquillo y la necesidad de reforzar algunos puestos que quedaron patentes en la fría noche oscense.

La suplencia de Lo Celso, las pérdidas de balón, la falta de tensión en algunas fases del duelo, el desajuste defensivo en los centros laterales...

NOCHE PARA REFLEXIONAR

El pésimo partido del Betis ante el Huesca dejó varias conclusiones en el análisis, en cuanto a la gestión del once inicial, la lectura del partido y el nivel individual al que estuvieron muchos futbolistas. Setién se decantó por probar de titular a Javi García y William Carvalho, algo ya demandado por bastantes aficionados béticos en encuentros anteriores, sorprendió con la suplencia de Lo Celso y apostó por dos puntas que prácticamente fueron dos islas ante la falta de centros desde los costados. Del Loren del curso pasado no queda rastro en estos momentos, y la aportación de Sanabria, pese a volver a ver portería, no termina de convencer en una gestión de la delantera donde la figura de Sergio León aparece en un segundo plano ante la incomprensible falta de oportunidades. También Barragán apenas tiene ya protagonismo. La aportación ofensiva del equipo verdiblanco ante el Huesca fue nula.

El Betis ha perdido puntos ante Villarreal, Huesca, Eibar, Celta, Valladolid... de ahí que no haya dado aún otro salto más en la tabla

De hecho, el Betis sólo realizó un tiro a portería (el del penalti) en 90 minutos (el Huesca remató 6 veces entre los tres palos). Aun así se adelantó en el marcador, luego mejoró algo con los cambios (lógico viendo quiénes se habían quedado en el banquillo), pero no remató a un Huesca que siempre con fe aprovechó las innumerables pérdidas de balón de los verdiblancos para acabar remontando y evidenciar una vez más los problemas béticos en defensa en los centros laterales (desajustes en las marcas) y en las acciones del rival a balón parado. Los datos del partido fueron claros: el Betis dio 614 pases totales (66,7% de posesión) y el Huesca, 292 (33,3%); los verdiblancos perdieron 139 balones y los azulgranas, 126; y los de Heliópolis cometieron 7 faltas y el Huesca hizo 21.

De los triunfos en los derbis, Bernabéu, San Siro y Camp Nou, a las goleadas en contra y la incapacidad de ganar a rivales de menor potencial

En los carriles, Tello sigue dándolo todo dentro de que no es su posición natural y provocó un penalti, al tiempo que perdió también muchos balones (16), como muchos de sus compañeros (Sanabria 15, Canales 14, Carvalho 14, Javi García 11...); y Francis sigue ofreciendo a día de hoy más voluntad y corazón que aptitud. Ambos permutaron sus posiciones a lo largo del partido en un esquema que sigue siendo inamovible para Setién, al que un sector importante de la afición le exige que evolucione y mejore en cuestiones como las lecturas de partido, los cambios (como se vio por ejemplo ante el Eibar, tardes y algunos poco comprensibles, como el de Barragán por Francis en el minuto 87), reaccionar cuando el rival le intenta sorprender (muchas veces se observa un bloqueo importante durante los partidos), variar el dibujo en el transcurso del encuentro (muchas veces dentro de un partido se dan varios partidos)... Aspectos para exprimir más y mejor los mimbres que tiene a su disposición, a expensas del fichaje o fichajes que pueden llegar para reforzar más un muy buen equipo y buena plantilla.

El Betis, como está la Liga, no puede dejar escapar la oportunidad de luchar por la cuarta plaza e ir a por todas en la Copa y la Liga Europa

EL MES DE ENERO

En Huesca quedó en evidencia una vez más la necesidad que tiene el Betis de un killer, de un delantero que dé un salto de calidad de verdad en el ataque de los verdiblancos, además de un futbolista para la banda izquierda, como ya se vio en verano ante la rigidez del técnico cántabro en cuanto a su esquema de juego habitual. El mercado marca muchas veces las pautas a la hora de fichar, pero después de lo ofrecido por los de Heliópolis en Huesca y lo que está por venir, un largo mes de enero en cuanto a partidos se refiere, la llegada de refuerzos de nivel requieren una dosis de inmediatez para que el Betis no desaproveche la oportunidad que ofrece este año la Liga para pelear por la cuarta plaza (la ocupa el Alavés con 31 puntos) e intentar hacer algo importante en el torneo del KO y en la Liga Europa.

Cambios tarde, bloqueo ante variantes tácticas del rival durante los partidos, ser más vertical y camaleónico dentro de la idea de juego...

Siempre con la exigencia, trabajo, humildad y mentalidad ganadora que requiere un equipo como el verdiblanco, lo contrario a lo que se vio en El Alcoraz, que fue la continuación del mal partido que firmó el Betis ante el Eibar dentro de una racha positiva basada en la inercia ganadora y en la calidad individual antes que en el estilo o el sello propuesto.

LA BALANZA

La temporada pasada el Betis logró volver a jugar competición europea, como ya hizo en otras ocasiones a lo largo de su historia y un objetivo que debe ser lo mínimo exigible cada año en pos del crecimiento deseado. Acabó sexto en una temporada en la que aprovechó el mal momento de equipos como la Real o el Athletic para regresar al Viejo Continente. Y lo hizo firmando triunfos que los béticos siempre guardarán en la retina, como el 0-1 en el Santiago Bernabéu o el 3-5 en Nervión.

La delantera y los laterales, principales puntos a mejorar en un Betis cuya afición intenta recuperar la ilusión tras el mazazo recibido

En el lado negativo, derrotas como el 3-6 ante el Valencia, el 3-5 con el Cádiz, el 5-0 en Eibar o aquella derrota por la mínima en Las Palmas con una pésima imagen. Ya esta temporada, el Betis volvió a ganar un derbi en casa (1-0), venció en San Siro, en una victoria de prestigio ante un Milan a años luz del de antaño, y goleó en una exhibición en el Camp Nou (3-4), además de lograr el pase a dieciseisavos de la Liga Europa y la clasificación para octavos de Copa eliminando al Racing (de nuevo, lo mínimo exigible para los de Heliópolis). En el lado negativo, derrotas ante el Levante (0-3), Getafe (2-0), Huesca (2-1), Villarreal (2-1) (oscenses y amarillos lograron ante los heliopolitanos su primera victoria de la temporada en casa), Valladolid (0-1), empates frente a Eibar (1-1), Celta (3-3) y Athletic (2-2)... Demasiados puntos perdidos.

LA ILUSIÓN

El fútbol ofrece revanchas pronto, y la primera la tiene el Betis el jueves ante la Real Sociedad en la Copa y, luego, el domingo ante el Real Madrid, en el Benito Villamarín. La sucedido en Huesca requiere de un profundo análisis en el Betis en busca de un punto de inflexión que requiere toda la máxima atención para que los verdiblancos vuelvan a reactivarse y se centren en el balón, lo verdaderamente importante. Todo, en busca de hacer realidad el deseo de una afición cuyo lado inconformista ha de seguir apareciendo en pos de que su equipo siga creciendo en busca de un único fin: volver a ser campeón (tocar plata).

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