Betis

Nuevo apoyo escenificado

  • Los dirigentes acuden al entrenamiento para volver a mostrar confianza a Rubi y a la plantilla

  • El técnico necesita una victoria ante el Mallorca para reforzarse

Haro, López Catalán, Alexis, Rubi y Joaquín dialogan en el entrenamiento.

Haro, López Catalán, Alexis, Rubi y Joaquín dialogan en el entrenamiento. / RBB

No están siendo semanas sencillas para el Betis. Cuatro jornadas sin conocer la victoria, con dos derrotas –Getafe y Barcelona– y dos empates –Eibar y Leganés–, han enturbiado de nuevo la trayectoria del equipo verdiblanco. Ante este panorama, el presidente, Ángel Haro, y el vicepresidente, José Miguel López Catalán, se plantaron ayer en el entrenamiento, acompañados por el coordinador del área deportiva, Alexis Trujillo, y el director general, Federico Martínez Feria, para mostrar apoyo y confianza tanto a Rubi como a la plantilla ante la importante cita del viernes ante el Mallorca.

Tras la mejoría experimentada en la recta final de 2019, pese a despedir el año con derrota en Heliópolis ante el Atlético, nadie contaba en el Betis con estar a nueve puntos de la zona europea a mitad de febrero. El riesgo de quedar en tierra de nadie con muchas jornadas por delante aparece como una evidencia en el horizonte, de ahí la preocupación existente en el seno de la entidad.

Los dirigentes mantuvieron un animado diálogo con Rubi, al que también se sumaron, entre otros, el capitán Joaquín, hombre de confianza del club en el vestuario, y el preparador físico, Marcos Álvarez. Nadie quedó satisfecho con la imagen ofrecida en el primer tiempo en Butarque y más aún tras el almuerzo de la pasada semana con el que Haro, que pidió públicamente un esfuerzo extra a todos los estamentos, y Catalán quisieron mostrar su respaldo al equipo.

La dinámica del Betis es negativa. Una sola victoria en las últimas ocho comparecencias indica que algo no se está realizando bien, aunque las sensaciones sean bien distintas a las del inicio del campeonato. Entonces, ni Rubi ni los jugadores encontraban la sintonía adecuada, lo que llevó al técnico a una situación límite que casi le cuesta el puesto. La posterior reacción, con modificaciones tácticas y también una mejora del compromiso de algunos jugadores, pareció enseñar el camino para el resto de la temporada, pero ahora de nuevo se sufre un frenazo en un momento inoportuno.

La falta de eficacia, las decisiones arbitrales, las concesiones defensivas o las lagunas que han vuelto a aparecer en medio de algunos partidos vienen costando puntos al equipo, lo que obliga de nuevo a encontrar una fórmula que permita recuperar la senda del triunfo, la única llave para que la tranquilidad regrese a la primera plantilla. El duelo ante el Mallorca, el peor visitante de Primera con sólo un punto obtenido lejos de Son Moix en el campeonato, aparece como el día indicado para que el Betis vuelva a sumar un triunfo que devuelva la calma al entorno.

Con sólo siete victorias en 24 jornadas del campeonato, el equipo heliopolitano necesita recuperar esa sensación ganadora para buscar en la recta final de la Liga una mejor posición en la clasificación.En el vestuario no se quiere hablar de otra cosa que no sea ganar al Mallorca. Ni las posibles cuentas para alcanzar la zona europea ni mucho menos mirar hacia la zona baja, en el equipo se tiene claro que la única manera de reconducir la situación pasa por ganar cuanto antes y ése es el mensaje que se ha repartido en las diferentes conversaciones entre el cuerpo técnico y la plantilla. "Hay que seguir mirando hacia adelante. Lo único que no podemos permitirnos es bajar la cabeza y rendirnos", se dice en el interior de la caseta.

Rubi realiza un gesto en el entrenamiento. Rubi realiza un gesto en el entrenamiento.

Rubi realiza un gesto en el entrenamiento. / Juan Carlos Muñoz

Los dirigentes tampoco quieren plantearse otro escenario. En el mensaje escenificado ayer con la visita al entrenamiento aparece implícita esa confianza en el trabajo que se viene realizando y que debe ofrecer resultados a corto plazo. El puesto de Rubi, a diferencia de aquellos días en los que el Celta o el Valencia visitaron el Benito Villamarín, no está en entredicho, pero la imagen que se ofrezca ante el Mallorca será clave para dilucidar el futuro del entrenador.

Un tropiezo ante el cuadro bermellón dejaría muy tocado el crédito del catalán, por aquello de que sería otra jornada más sin sumar tres puntos y prácticamente decir adiós al objetivo europeo. El escenario de una derrota, con el previsible mal ambiente que se generaría entre los aficionados, dejaría a Rubi en el alambre y pendiente de la decisión de un consejo que no estaba preparado para tomar una decisión así a estas alturas de la temporada. Haro y Catalán, de momento, representaron ayer ese mensaje de confianza hacia el entrenador, a la espera de esa victoria que devuelva la calma.

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