Betis-Rayo Vallecano | La contracrónica

Luces, cámara y al final... VAR

  • Otro penalti señalado por Martínez Munuera que es decisivo en Heliópolis

  • La fiesta de antes del partido tuvo continuidad con el cuatro triunfo como local

Las bailarinas, en el espectáculo de luces previo al encuentro en el Benito Villamarín.

Las bailarinas, en el espectáculo de luces previo al encuentro en el Benito Villamarín. / Antonio Pizarro

El VAR es uno de esos cambios que no deja a todos contentos. Tiene tantos defensores acérrimos como detractores; están los que defienden la esencia del fútbol y los que hablan de justicia y, quizá teniendo todos razón, es imposible ponerlos de acuerdo. Al final el objeto de esta tecnología es, más que hacer justicia, evitar injusticias, pero hasta eso es interpretable en el momento que es el VARman, en primera instancia, y el colegiado, al final. El Betis, que hasta ahora había sido más perjudicado hasta el momento, por fin disfrutó de una acción favorable cuando fue revisada el penalti sobre Loren que permitió a Lo Celso marcar su séptimo gol de la temporada.

Se le da bien al valenciano Martínez Munuera señalar el punto de los once metros en el Benito Villamarín. Hace un año se sacaba de la manga un penalti y expulsión de Jordi Amat, ayer rival, ante el Athletic que encendió a la afición y abrió el triunfo del conjunto vasco en Heliópolis. Esta vez encendió de nuevo al público, pero con un efecto contrario. Frío ya porque la acción había pasado y más enfadada por el fallo del delantero que reclamando penalti. Esto es el VAR. Se arbitra con red de seguridad. ¿Es mejor o peor? Casi depende de si eres beneficado o perjudicado. Hay goles que ya no se celebran hasta dos minutos después esperando la decisión del árbitro y su interpretación. Igual que antes, pero con una pantalla para pensar, reflexionar y no errar.

Lo Celso y Júnior protestan al colegiado Martínez Munuera. Lo Celso y Júnior protestan al colegiado Martínez Munuera.

Lo Celso y Júnior protestan al colegiado Martínez Munuera. / Antonio Pizarro

El caso es que en la noche en la que los medios nacionales se centraban en un partido en la capital que, en realidad, poco interesaba en el resto de Europa y que se llevó un conjunto franjirrojo, otro franjirrojo jugaba mejor al fútbol a 500 kilómetros al sur sin tantos focos, a pesar del bonito juego de luces previo al encuentro en el estadio bético. Llegó la Navidad al Benito Villamarín, aunque pocos regalos hubo en el primer tiempo.

El mejor regalo lo hizo el VAR. Y Lo Celso no lo desaprovechó, aunque Sanabria lo quería tirar y Quique Setién dijo sobre el césped que el lanzador era el argentino, para hacer su séptimo tanto del curso (cinco en la Liga y dos en la Liga Europa) en 18 partidos. Uno más ya que en los 54 choques que jugó con el PSG. Con el 1-0 y el cuarto triunfo seguido en casa en la mano, el Betis jugó mejor. Controló al fin el choque y Sidnei protagonizó una salida desde atrás para hacer el 2-0. Avanzaba y nadie le entraba, mientras miraba al lado y no veía un compañero al que pasar. Un gol con pocos pases.

Loren se lamenta en el césped tras fallar una ocasión de gol. Loren se lamenta en el césped tras fallar una ocasión de gol.

Loren se lamenta en el césped tras fallar una ocasión de gol. / Antonio Pizarro

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