Real Betis

Las otras balas de Rubi

Rubi observa sus apuntes durante un entrenamiento.

Rubi observa sus apuntes durante un entrenamiento. / Juan Carlos Muñoz

La agónica victoria ante el Celta y, sobre todo, el buen punto obtenido en la visita al Santiago Bernabéu han cambiado el panorama para Joan Francesc Ferrer, Rubi, que encara la semana de su primer derbi con el Betis dejando atrás la crisis que lo puso en la picota, una situación que ya superó en el pasado durante su carrera como entrenador.

El inicio liguero no ha sido fácil de lidiar para Rubi, al que quizá le han valido sus experiencias en otros equipos para transmitir calma en sus mensajes, tanto en el vestuario como en la sala de prensa, en la que ha llevado con naturalidad y autocrítica ese mal arranque del campeonato. En sus dos últimos clubes, el Espanyol y el Huesca, el técnico catalán ya pasó por dinámicas negativas que luego supo revertir para acabar superando los objetivos.

La pasada temporada, tras un positivo inicio de Liga, el Espanyol entró en una espiral negativa, en la que encadenó seis derrotas seguidas entre las jornadas undécima y la decimoséptima. Sevilla (2-1), Girona (1-3), Getafe (3-0), Barcelona (0-4), Betis (1-3) y Atlético (1-0) dejaron a Rubi en una situación comprometida hasta que llegó el triunfo ante el Leganés en la jornada decimoctava (1-0). Posteriormente, y tras un gran final de campeonato, con nueve partidos sin perder, el Espanyol acabó logrando la séptima plaza con 53 puntos, lo que le permitió clasificarse para la Liga Europa.

El año anterior, mientras dirigía al Huesca en Segunda División, el técnico también vivió una situación complicada entre las jornadas vigésima séptima y trigésima cuarta, en las que encadenó cuatro empates y cuatro derrotas que complicaron la marcha del cuadro oscense, hasta ese momento el dominador de la categoría. Cinco victorias en los siguientes siete encuentros enderezaron de nuevo el rumbo del Huesca, que acabó sellando un histórico ascenso a Primera de la mano del entrenador catalán.

Incluso en sus dos primeras experiencias en un banquillo del fútbol profesional, Rubi también superó situaciones adversas. Así sucedió en la temporada 2012-13 cuando dirigó al Girona, con el que sólo sumó una victoria y tres empates entre las jornadas decimonovena y la vigésima sexta, aunque finalmente logró colarse en el play off por el ascenso, del que fue eliminado en la final por el Almería.

En la 2014-15, tras haber formado parte del cuerpo técnico del Barcelona, Rubi recaló en el Valladolid, con el que también pasó una mala racha entre las jornadas decimosegunda y decimoséptima –una victoria, dos empates y cuatro derrotas–, aunque el cuadro pucelano también alcanzaría el play off de ascenso de la mano de Rubi, que esta vez cayó en la semifinal.

En el Betis, la historia ha sido similar. Tres derrotas y un empate dejaron a Rubi con el crédito bajo mínimos, pero la reacción en los dos últimos partidos ha elevado el mismo. El técnico llega a una cita clave como el derbi con el objetivo de confirmar esa mejoría en un partido que ya sí despejaría su horizonte.

Rubi, con Lopetegui al fondo, en el Real Madrid-Espanyol del pasado año. Rubi, con Lopetegui al fondo, en el Real Madrid-Espanyol del pasado año.

Rubi, con Lopetegui al fondo, en el Real Madrid-Espanyol del pasado año. / Rodrigo Jiménez / Efe

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