Real Betis

Rubi y un duelo pleno de aristas

  • La afición del Espanyol prepara un recibimiento al entrenador, mientras el club perico busca una conjura

Rubi dialoga con sus jugadores en un entrenamiento en el estadio.

Rubi dialoga con sus jugadores en un entrenamiento en el estadio. / Juan Carlos Muñoz

El Betis de Rubi buscará la cuarta victoria seguida en el RCDE Stadium, un estadio perfectamente conocido por el preparador verdiblanco y en el que le aguarda un duro recibimiento. La afición del Espanyol no entendió el adiós del entrenador que clasificó a su equipo para la Liga Europa y ya ha organizado diferentes actos para su regreso.

Pese al pésimo momento deportivo del club blanquiazul, lo que también repercutirá en el ambiente del domingo, los aficionados han preparado mensajes para Rubi, entre los que se encuentran desde pancartas a billetes con las caras del técnico y de Borja Iglesias.

"Llegamos en un buen momento y es un partido muy especial para mí. El retorno a donde he estado cinco temporadas entre jugador y técnico e, independientemente de que busquemos la victoria, les deseo lo mejor", aseguró el propio Rubi esta semana antes de esa visita especial a Barcelona.

Aunque será la primera vez que el ahora técnico bético regrese al RCDE Stadium desde su adiós el pasado mes de junio, el técnico sí acumula otro precedente en el banquillo visitante de cuando dirigió al Levante. Entonces, el cuadro granota obtuvo un punto en el campo espanyolista (1-1).

Ahora la situación para Betis y Espanyol es radicalmente distinta. Mientras los verdiblancos acuden en el mejor momento de la temporada, tras los tres triunfos seguidos ante Valencia, Mallorca y Athletic, los blanquiazules son los colistas de Primera e incluso son el único equipo que no conoce la victoria como local, tras haber sumado un empate y siete derrotas en esta campaña en sus partidos en el RCDE Stadium.

El entrenador del Espanyol, Pablo Machín. El entrenador del Espanyol, Pablo Machín.

El entrenador del Espanyol, Pablo Machín. / Rodrigo Jiménez / Efe

Esta crisis deportiva que amenaza su permanencia en Primera ha provocado una reacción a todos los niveles de la entidad espanyolista para intentar revertir la situación. La llegada de su dueño, Chen Yansheng, a Barcelona para participar en la Junta General de accionistas que se celebró el miércoles, ha provocado que se hayan dispuesto distintas reuniones a todos los niveles para intentar atajar la situación.

Así, cada parte implicada ha mostrado la voluntad para intentar buscar soluciones desde este mismo domingo. Los jugadores, con una reunión de los capitanes con los dirigentes y también con las peñas más representantivas, han manifestado el compromiso de la plantilla para buscar esos puntos que permitan al equipo salir de la zona baja. "El mensaje es claro, el Espanyol no puede bajar a Segunda. Estamos con muchas ganas de que llegue el partido del domingo", expuso ayer David López, uno de los capitanes.

En cuanto a los agentes sociales, la Federación de Penyes, la Grada Canito y la Juvenil participaron del encuentro con los jugadores y la directiva, con la intención de aunar esfuerzos y expresaron su voluntad de mantener la animación hasta el último minuto de partido.

El club, por su parte, expresó su preocupación por la situación deportiva durante la Junta celebrada e incluso Carlos García Pont, vicepresidente del Espanyol, indicó que la entidad busca fichajes para enero. "El trabajo es para intentar reforzar el equipo lo antes posible. La postura del presidente es clara: siempre es mejor gastarse en mantener la categoría que no en recuperarla. Eso no quiere decir que puedes ir más allá de lo que permite la caja", indicó antes de reconocer los errores cometidos en la parcela deportiva: "Desde el punto de vista económico las cosas se están haciendo bien; desde el deportivo, los resultados cantan. Nosotros tampoco estamos contentos. Es lógico que el socio tampoco. El conjunto es lo que hay que arreglar".

Con este panorama del rival llegará el Betis de Rubi al RCDE Stadium, donde, además, tendrá menos apoyo que en otras ocasiones, debido al alto precio de las entradas que provocó una protesta de los hinchas béticos que decidieron no acudir al partido.

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