El derbi ha vuelto a dejar señalado a Rubi. La derrota no sólo aleja la esperanza de una reacción que permitiera acercarse a Europea sino que las sensaciones fueron mucho peor de las esperadas. El reconocimiento del técnico nada más acabar el partido sólo sirve para mantener esa coherencia que ha exhibido en su discurso, pero su crédito vuelve a quedar menguado.

Nadie esperaba en el Betis una imagen como la ofrecida en el derbi. El propio Alexis Trujillo, coordinador del área deportiva, señaló al equipo y al cuerpo técnico nada más acabar el partido, en lo que fue una señal del pensamiento instalado en los dirigentes. 

"Estamos disgustados, el equipo no ha competido el partido. Los derbis hay que jugarlos con más intensidad. Creo que le ha podido faltar personalidad y hemos hecho poco daño. Nos ha faltado disputarle más el partido al Sevilla. No hemos tenido presencia. Los dos goles viene en acciones a balón parado, es una muestra de fragilidad. El equipo no ha sabido competir", dijo Alexis en la zona mixta.

Si la figura de Rubi apenas había sido reforzada durante el confinamiento, con tibias declaraciones del presidente, Ángel Haro, cuando se lo cuestionó sobre su futuro, el técnico vive de nuevo otra situación crítica. Ya superó varias en la primera vuelta, una precisamente tras la derrota en el derbi, y también el triunfo ante el Real Madrid le trajo una tranquilidad que ahora se vuelve a romper.

El encuentro ante el Granada del lunes aparece como otra ocasión para ahuyentar fantasmas. Si en el Betis el deseo era el de engancharse a la zona alta en esta recta final del campeonato, ahora las miradas apuntan a una victoria que evite mirar hacia el descenso. Rubi tiene dos años más de contrato, una cuestión económica que ata a la entidad, pero su continuidad depende de los resultados empezando por el de este lunes.