Betis-Valencia | Contracrónica

De la alegría al bajonazo, con esperanza...

  • Ambientazo en la previa y en el partido por parte de la afición bética

  • "Soñemos con otra gesta", rezaba en Gol Sur, la senda para ir a Mestalla

Tifo de la afición bética en el Gol Sur.

Tifo de la afición bética en el Gol Sur. / Antonio Pizarro (Sevilla)

El bético pasó ayer de la alegría por ver de cerca un resultado positivo para la vuelta en Mestalla a un bajonazo importante cuando en el segundo minuto de añadido, de los tres que dio Del Cerro Grande, Gameiro, que revolucionó a su equipo con la entrada al campo, hizo el 2-2 final. Amargor absoluto para un beticismo que llenó en Benito Villamarín con 57.123 espectadores, de los que casi 700 fueron valencianistas.

Nervios, cosquilleo e ilusión en la hinchada bética en la previa al partido, con muchos aficionados del cuadro heliopolitano en las calles aledañas al feudo bético, esperando la llegada al estadio del autobús de su equipo. Y desde la salida del hotel de concentración, centenares de béticos mostraron a su equipo una pasión infinita, con una marea verdiblanca entre bengalas y botes de humo que prácticamente hicieron imposible que se viera el bus de los verdiblancos, que avanzaba lentamente hasta la renovada puerta de cristales. Gritos de "¡Betis, Betis!" y la temperatura ambiental subiendo a medida que el recinto futbolístico de la Palmera se iba llenando para una noche importante de fútbol en Heliópolis, en la que el Betis acabó suicidándose después de desaprovechar un 2-0.

La afición bética comenzó enchufada con su equipo, pero de repente el silencio de hizo en el campo cuando Marc Bartra tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 10. Y el Valencia atacaba, aunque sin morder de verdad, pero el Betis replicó y con el partido igualado apareció la pizarra para que el Villamarín explotara de alegría con el tanto de Loren. Partido de cara para una afición feliz al máximo en los primeros 45 minutos.

La tensión por el 1-0 en el marcador y el cosquilleo estomacal dieron paso a un derroche de adrenalina en la grada verdiblanca cuando Joaquín lanzó un córner directo que el portuense y varios jugadores vieron dentro de la portería en el despeje de Jaume Doménech, pero Del Cerro Grande tuvo que esperar la confirmación del VAR para que el Villamarín celebrara el 2-0. Eliminatoria muy favorable para un Betis que acabó pegándose dos tiros en el pie por, entre otras cosas, no saber manejar el otro fútbol y pagar caro la lectura de partido desde el banquillo, con las ridículas pérdidas de balón –¿cómo puede ir un equipo hacia arriba cuando te acaban de rematar al larguero?–. Y, como siempre, se veía venir el empate y llegó...

El beticismo pasó de la alegría al bajonazo. Un mazazo que en caliente dolió más, pero con el paso de las horas apareció la esperanza para Mestalla. El camino se complica, pero la leyenda de ayer en el tifo de Gol Sur sigue viva: "Soñemos con otra gesta".

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