Betis - Valladolid

Un Betis-Valladolid ‘narrado’ por Delibes

  • En puertas del centenario del novelista castellano, se recuerda su etapa de cronista de los partidos que su equipo jugaba en el estadio Zorrilla

Miguel Delibes posa en su biblioteca.

Miguel Delibes posa en su biblioteca. / Agustín Cacho / Efe

En apenas un mes de diferencia, hace un siglo nacieron dos de los escritores más futboleros, Mario Benedetti (Paso de los Toros, Uruguay, 14 de septiembre de 1920-Montevideo, 17 de mayo de 2009) y Miguel Delibes (Valladolid, 17de octubre de 1920-Valladolid, 12 de marzo de 2010). Delibes nació el año de la plata de Amberes y falleció el del oro de Sudáfrica. Una trayectoria balompédica desde Belauste y Sabino al gol de Iniesta. A los dos, al uruguayo y al vallisoletano, los unió Jorge Valdano en una antología de relatos titulada ‘Cuentos de fútbol’.

Hace casi un cuarto de siglo, este periodista tuvo el inmenso privilegio de contar con Miguel Delibes como cronista de otro Betis-Valladolid como el que este domingo se disputa en el Benito Villamarín. 13 de enero de 1996. Última jornada de la primera vuelta de la Liga, la primera con 22 equipos por la revocación unos meses antes del descenso federativo de Celta y Sevilla. Miguel Delibes de Castro, biólogo, el mayor de los hijos del novelista, nacido el mismo año 1947 que su padre consiguió el premio Nadal, me facilitó el teléfono de su progenitor. Sólo hablamos de fútbol, pero fue una conversación deliciosa de la que guardo no sólo la página del periódico (Diario 16 Andalucía), sino la carta de agradecimiento del novelista con un sello conmemorativo del cuarto centenario de la ciudad de Valladolid.

La carta de Delibes es muy breve, pero encierra un curioso misterio futbolístico. "Gracias por el recorte. Ha sacado usted mucho partido de nuestra breve conversación telefónica. Fue el árbitro el que impidió que la ley se cumpliera en Sevilla. Nos privó del jugador clave. Y ya sabe usted lo que son estas cosas. Le abraza su viejo amigo".

La ley a la que se refiere Delibes, que además de novelista había sido catedrático de Derecho Mercantil, era la llamada ley Delibes, así enunciada, como el Aranzadi o el Código Olivencia. En sus propias palabras, dicha ley establece "que cuando un equipo pierde algún punto en su casa lo recupera el domingo siguiente siempre que juegue contra un equipo que a su vez la jornada anterior haya puntuado en su desplazamiento… Es una ley sencilla y rigurosa, que se cumple en un ochenta por ciento de los equipos. No se cumple en los equipos muy malos y en los muy buenos".

El colegiado del partido impidió que se cumpliera la ley porque "nos privó del jugador clave". En el minuto 79, el árbitro expulsó a Iván Campo por doble tarjeta amarilla con el partido sin goles. Entraron uno detrás de otro en el casillero del Betis: 1-0, Pier, minuto 83; 2-0, Pier, minuto 85; 3-0, Kowalczyk. Minuto 89. Al final de esa primera vuelta, el Valladolid era colista, aunque escaló posiciones y al final de la temporada descendieron Mérida, Salamanca y Albacete, éste al perder la promoción frente al Extremadura de Almendralejo. El líder era el Atlético de Madrid, que al final hizo doblete de Liga y Copa con Antic y Pantic. El Compostela de Fernando Vázquez ocupaba el segundo puesto.

Luis García Montero y Jesús García Sánchez editaron en la colección Visor de poesía el libro ‘Un balón envenenado’, antología de Poesía y fútbol. Se abre con la mítica Oda a Platko de Alberti, pero hay muchos poemas de fútbol de autor: versos para Kubala, David Beckham, Maradona (con la firma de Benedetti), Iniesta, Pirri, Ricardo Zamora, Jacinto Quincoces, Pelé o los versos vibrantes que Vicente Gaos dedica a Jairzinho. La referencia sin citarlo a Iván Campo es todo un poema periodístico de este novelista que también fue colega: dirigió El Norte de Castilla y llegó a escribir crónicas de fútbol para una revista de Barcelona, aunque los domingos que salía de caza mandaba al estadio a su hijo Miguel para que le diera los datos. Delibes jugó al fútbol, primero de delantero centro y en su madurez deportiva llegó a jugar hasta los cincuenta años de portero del Sedano F.C., la localidad burgalesa a la que todos los veranos iba Delibes para encontrarse con su novia, Ángeles, la que sería madre de sus hijos. Esto lo cuenta el Delibes biólogo, el pasante periodístico de su padre, en el libro ‘Cuaderno del Carril Bici’.

Iván Campo pugna con Ryan Giggs durante su etapa en el Bolton de la Premier. Iván Campo pugna con Ryan Giggs durante su etapa en el Bolton de la Premier.

Iván Campo pugna con Ryan Giggs durante su etapa en el Bolton de la Premier. / Efe

Iván Campo (San Sebastián, 1974) tenía 21 años cuando disputó aquel Betis-Valladolid. Pertenecía a un equipo muy literario: el estadio se llama José Zorrilla, Miguel Delibes figuraba entre sus cronistas y en aquel equipo jugaba un Quevedo. Iván Campo vivió sus momentos de gloria balompédica: Javier Clemente lo convocó para el Mundial de Francia y llegó a jugar contra Nigeria. En 1998 fichó por el Real Madrid y fue titular en la octava Copa de Europa, final en París en 2000 contra el Valencia. Fue de los primeros futbolistas españoles que probó fortuna en el fútbol inglés y colgó las botas después de ascender a Primera con el equipo chipriota AEK de Larnaca.

A Valdano no le costó mucho trabajo conseguir buenas firmas para su antología balompédica. Ya se había superado esa etapa en la que resultaba vergonzante esa afición. "Hace años, yo era el único escritor aficionado al fútbol; al menos, el único que lo confesaba", me decía Delibes en aquella charla previa a la expulsión de Iván Campo. Presumía de tener un hijo y un nieto seguidores del Betis; y un ilustre paisano en la historia gloriosa del equipo de Heliópolis, Julio Cardeñosa, dos años más joven que su hijo Miguel.

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