Dulce sabor de boca final para un Betis que llegó a temer, con mucho fundamento, que el partido se iba a la prórroga tras el tanto final del Zenit en un cabezazo de Chistyakov, pero Guido Rodríguez estuvo muy listo en esa acción. Había sentido el duro pisotón de Erokhin y se quedó tumbado en el césped hasta que el árbitro se vio obligado a ir a consultar la jugada en el VAR. Lógicamente, el argentino había sido pisado y todos los béticos celebraron la anulación como si fuera un gol propio. Hasta Pellegrini expresó su euforia como no podía ser de otra manera.
Guido Rodríguez | Fue providencial al denunciar el pisotón
El fútbol es para listos y está claro que con el VAR los que mejor saben si han sufrido una infracción son los propios futbolistas. Guido Rodríguez sufrió el pisotón de Erokhin, eso es evidente, y tuvo la habilidad de quedarse tirado en el suelo hasta que el árbitro turco no tuvo más remedio que consultar al VARpara ver qué había pasado. Y el pisotón existía, así que 10 para Guido.
Fekir | Claudinho se lo tragó con su fútbol, pero en los córners...
No fue el mejor partido del francés, entre otras cosas porque la pareja formada por Claudinho, en la creación, y por Wendel, en la labor de cortar una infinidad de balones, lo engulleron. Pero Fekir no se arrugó en ningún momento e intentó tirar de los suyos con orgullo, ya fuera dándole indicaciones a sus compañeros para que se asentaran sobre el campo o a través de los lanzamientos de esquina, donde estuvo a punto de facilitar dos goles en cabezazos de Guido Rodríguez y Willian José.
Pezzella | Dzyuba es mucho más alto, pero se anticipó en los saltos
Excelente partido del argentino en compañía de un Édgar que también fue una pieza clave para que los verdiblancos salieran indemnes del encuentro. Cuando tanto se cuestiona a los defensas de este Betis hicieron un partido impecable. En el caso del argentino, pese a su desventaja de centímetros, casi siempre le ganó por arriba a Dzyuba anticipándose.
Álex Moreno Empezó fuerte, pero eran demasiados por su zona
El lateral izquierdo empezó igual que en el partido contra el Mallorca proyectándose al ataque y rozando alguna jugada de peligro. El problema fue cuando el Zenit comenzó a acumular hombres por su costado y ni la ayuda de Aitor Ruibal era suficiente. Por allí se metían Malcolm, Sutormin y Mostovoy y siempre llegaban con superioridad.
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