Real Betis

El palco, en el punto de mira de los aficionados

Ángel Haro junto a José Miguel López.

Ángel Haro junto a José Miguel López. / Antonio Pizarro

Si en el encuentro ante el Granada los aficionados del Betis que se desplazaron al Nuevo Los Cármenes ya apuntaron al palco como responsables del mal momento deportivo, los cánticos de la grada en el duelo ante el Celta dejaron claro que la mayor parte de los béticos apunta a los dirigentes e incluso dejaron a un lado a los jugadores –a los que sí se silbó tanto en el calentamiento como cuando fueron a saludar al centro del campo antes de comenzar el partido– como a Rubi.

El despido de Lorenzo Serra Ferrer entre explicaciones poco convincentes para el aficionado abrió una fractura entre parte de la grada y los dirigentes que los malos resultados del inicio liguero sólo han acrecentado. La figura del balear, un símbolo que siempre ha llevado aparejado buenos momentos para la entidad, fue recordada antes, durante y después del duelo ante el Celta, a la vez que se mostró la disconformidad con la manera de dirigir la entidad del dúo formado por Ángel Haro y José Miguel López Catalán.

Los dos máximos responsables de todo lo que sucede en el club verdiblanco llevan meses sin comparecer en público, lo que también repercute en que su mensaje no llegue a los aficionados, una situación más perjudicial incluso cuando los resultados no acompañan.

Pese a todo, el comportamiento del público fue ejemplar durante el partido. “La afición es muy agradecida y el público nos ayuda”, reconoció Bartra tras el partido, después de que los aficionados hubieran empujado al equipo pese al mal juego de los helipolitanos. Eso sí, tras la igualada del Celta y, sobre todo, tras finalizar el partido, los aficionados explotaron contra el palco, en un mensaje que debe ser tomado en cuenta por los dirigentes de cara al futuro.

Si uno de los puntos principales de Haro y Catalán se basaba en conseguir la unión del beticismo, la crisis deportiva está derivando en una fractura entre la propia hinchada verdiblanca, un aspecto del que les toca responsabilizarse a los dirigentes. Curiosamente y pese al mal inicio liguero del equipo verdiblanco, la figura de Rubi se mantiene indemne y fuera del foco de la mayor parte de los aficionados. Sin que el técnico haya conectado plenamente con la grada, éste sí parece entender que los problemas del club están más allá del banquillo.

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