Betis

El triunfo de Alexis

  • Las apuestas del canario por el cambio de sistema y por jugadores como Guido o Pedraza cambian el aire del equipo

  • La falta de control final, punto a corregir

  • Alexis desempolva la libreta

Alexis dialoga con los jugadores durante una pausa de hidratación.

Alexis dialoga con los jugadores durante una pausa de hidratación. / Antonio Pizarro

La destitución de Rubi puso a Alexis Trujillo, hasta entonces coordinador del área deportiva, en el foco. El canario asumió el banquillo en una situación complicada, no tanto por la diferencia con el descenso como por la necesidad de una victoria que trajera calma al ambiente. Y las decisiones que tomó fueron positivas para un Betis que recuperó algunas sensaciones olvidadas y al que también le cambió el aire en los momentos decisivos.

Para empezar, Alexis tenía claro que el equipo debía mejorar sus prestaciones defensivas, de ahí que apostar por un cambio de sistema para recuperar la defensa de tres centrales, con otro pivote defensivo por delante, que ya emplease Rubi en algunos momentos complicados del inicio de temporada. Además, el Betis aglutinó la posesión como en tiempos de Setién, lo que al menos le sirvió para tener la pelota lejos del área de Joel Robles.

Con más jugadores con un perfil defensivo en el once, el Betis pasó menos apuros que en partidos anteriores en casa, donde el Granada o el Mallorca se le acercaron con peligro en transiciones rápidas que cogieron al equipo mal plantado sobre el terreno de juego. Además, tanto Emerson como Pedraza se sintieron más cómodos como carrileros que como laterales puros, ya que sus cualidades resaltan más en ataque que en defensa.

Precisamente, la presencia del cordobés fue una de las apuestas de Alexis en el once en detrimento de Álex Moreno y Pedraza respondió con uno de sus mejores partidos como verdiblanco. También confió Alexis en Guido Rodríguez por delante de la zaga y, aunque al argentino le cuesta darle velocidad a la salida de pelota, sí tuvo esa intensidad y agresividad para quitarle trabajo a los centrales.

Otra de las aportaciones del cambio de sistema fue permitir que tanto Canales como Fekir jugasen más por dentro, donde ambos se sienten más cómodos. Con Guardado más pendiente de ayudar a Guido, el cántabro dio un paso adelante y se pareció más a su mejor versión, lo que incluso le hizo ser protagonista de una de las mejores ocasiones del Betis. El francés, sin estar todavía con esa chispa que lo hace determinante, sí se mostró activo y participativo, algo que agradeció el juego de ataque bético.

También hubo puntos negros que deberán ser corregidos en el futuro inmediato. Si ya en el segundo tiempo se vio una velocidad de balón superior a la del primero, donde se jugó a un ritmo demasiado bajo para sorprender a un equipo bien pertrechado, también el Betis debió controlar mejor el juego con el marcador a favor. Sobre todo en los últimos minutos, el equipo verdiblanco concedió demasiados espacios al Espanyol, que se plantó varias veces en las inmediaciones de Joel. El mal remate de Wu Lei y la rápida reacción del meta y la paupérrima conducción del chino en un contragolpe donde se quedaban dos atacantes contra un defensa permitieron que el Betis acabase ganando un partido que espantó los fantasmas de la zona baja.

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