Después de pasar medio verano hablando de la necesidad de reforzar la delantera, en la recta final del mercado el Betis también sondeó la posibilidad de incorporar un centrocampista, al detectarse una carencia numérica ante el deseo de Rubi de contar con un 4-3-3. De hecho, el entrenador catalán viene manejando alternativas ante esa carestía de efectivos y a la espera de encontrar una medular que dote de equilibrio ofensivo y defensivo a su equipo.

William Carvalho, Guardado, Canales, Javi García y Kaptoum son los cinco centrocampistas puros que conforman la primera plantilla, aunque los dos últimos cuentan menos en los planes de Rubi para salir desde el inicio. Esta situación ha provocado que el técnico cuente también habitualmente con el canterano Ismael en los entrenamientos, aunque, por ahora, sólo haya disputado unos minutos en Pamplona.

Hasta el momento, Rubi ha ido alternando el 4-3-3, con diferentes posicionamientos, con el 4-4-2, con la intención de aprovechar los recursos que le presenta la plantilla, pero sigue sin hallar la fórmula magistral. Ante el Levante, en la última victoria en casa, el Betis, con un 4-3-3 asimétrico, se desplegó por las alas en ataque para avasallar a los granotas, aunque también sufrió con los espacios que dejó en la zona central; ante el Villarreal, con un 4-4-2, los verdiblancos sí fueron un conjunto equilibrado durante más de una hora, aunque en la recta final, y tras encajar el 2-1, volvieron a dejar esos espacios que facilitaron los contragolpes amarillos.

En la libreta de Rubi, William Carvalho es el pivote titular y el deseo del técnico es que el luso mejore en su ubicación defensiva para ayudar en las coberturas, ya que con el balón sí garantiza una salida limpia desde atrás. Como acompañantes principales aparecen Canales, reubicado hacia una zona central tras comenzar partiendo desde una banda, y Guardado, aunque el mexicano ha iniciado la temporada un punto por debajo del resto en el apartado físico. La opción de Javi García está siendo secundaria y para asegurar resultados en los minutos finales, mientras que Kaptoum ha desaparecido del mapa tras su paupérrimo partido ante el Getafe.

Canales junto a Joaquín en un entrenamiento.

Jugadores como Fekir, Joaquín o Diego Lainez tienen un perfil mucho más ofensivo y aunque puntualmente pueden ayudar al trabajo de la medular sus prestaciones aumentan cuanto más cerca partan del área rival. La pasada temporada Lo Celso sí tenía esas cualidades más propias de un centrocampista, a la vez que el equipo bético tenía un estilo de juego diferente y que no requería de tanto trabajo sin el balón para los mediocampistas.

Con todos estos condicionantes, Rubi trata de exprimir las virtudes de su plantilla, aunque en el club se tiene claro que en el mercado invernal será necesario apuntalar alguna posición de la medular. De hecho, los dirigentes se guardaron un remanente de dinero para fichar en enero, después de que los esfuerzos de los últimos días no cristalizasen en la llegada de un centrocampista. Después de que Rubi rechazase la necesidad de firmar a un pivote de contención, con su idea de extraer lo mejor de William Carvalho en esa posición y de contar con Javi García como recambio, los esfuerzos de los dirigentes fueron encaminados a encontrar un centrocampista de ida y vuelta que pudiera ayudar a la rotación de Guardado y Sergio Canales. La salida de Camarasa a principios de agosto, además, dejó a la plantilla con un efectivo menos en esa zona y la apuesta por Kaptoum, que contó con ofertas para marcharse, de momento no ha salido como se esperaba.

Nombres de un perfil alto como Leandro Paredes o Emre Cam estuvieron en las agendas de los técnicos béticos, que también sondearon al joven Carlos Aleñà, quien tampoco está contando con minutos en un Barcelona que cuenta con una amplia nómina de centrocampistas.