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Butarque, entrenamiento 251

  • Un Betis espeso que insiste en jugar sólo por dentro, con una posesión estéril, firma un pésimo encuentro, con fallos groseros en defensa

  • Poca ambición bética hasta con un futbolista más

Joel Campbell.

Joel Campbell. / Inma Flores

El Betis completó el viernes, en la ciudad deportiva, el entrenamiento 250 de la temporada, al que hay que sumarle el que hizo ayer en Butarque. La falta de ambición fue notable en un equipo heliopolitano incapaz de aprovechar su superioridad numérica, desde el minuto 23, para al menos haberse llevado un punto. Pero ni eso. Y dando, además, una imagen muy mala, con fallos groseros en defensa, posesión estéril, ataques estáticos, lentitud en el juego... Muchos defectos en la pizarra de Quique Setién, sin la dosis de fortuna tampoco de otros encuentros, que condujeron al equipo verdiblanco a cerrar la temporada con un pésimo partido. Ni rastro de aquel buen Betis que se vio en el Metropolitano, y que desde entonces comenzó una línea descendente en el último mes de Liga que quedó plasmada ante el Leganés.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía. FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

Defensa

La apuesta por jugar con tres centrales ha sido la más habitual del conjunto bético en la segunda vuelta del campeonato, pero ayer los de Setién empezaron con cuatro hombres en defensa. Amat jugó por delante, acompañado por Fabián, y Camarasa y Campbell lo hicieron metidos por dentro para que Francis y Durmisi aprovecharan sus carrileros. Sin embargo, todo el fútbol de los verdiblancos fue por dentro, lento y muy previsible, con pocas subidas de los laterales. Y, encima, otra vez fallos en las marcas en las acciones a balón parado y al tirar el fuera de juego, como se vio en el gol del empate de Siovas, con Mandi y Durmisi, y errores graves como el de Amat, que acabó en gol.

En la segunda parte, el Betis volvió a la defensa de tres, con Fabián de pivote, para que Francis y Durmisi tuvieran más presencia arriba, como así fue, mientras que los centrales sufrieron siempre, y hasta Pedro se desconectó, como en el 3-2.

Ataque

La espesura en el juego hizo que en la primera parte los verdiblancos generaran muy poco peligro. Incluso con diez, hubo momentos de superioridad del Leganés. Así, el gol bético llegó en un fallo en un despeje de Brasanac y una buena asistencia, al primer toque, de Rubén Castro para que marcara Campbell, el más incisivo de los de Heliópolis arriba en un partido en el que en el que al Betis le faltó desborde, alguien que rompiera en el uno contra uno. Así, el cuadro de Setién desplegó un fútbol simplón, con poca aportación de hombres como Camarasa y Loren, y un Rubén Castro al que sin espacios, tras el paso atrás que dio el Leganés con la expulsión de Diego Rico, se lo vio poco.

La entrada de Joaquín y la insistencia con Francis y Durmisi no acabó dando resultado a un Betis en el que sólo Sanabria aprovechó una mala salida de Serantes para marcar.

Virtudes

Las insistencia en ataque de Campbell.

Talón de aquiles

El Betis ofreció una imagen muy mala, con una importante falta de ambición. Sobre todo, cuando el cuadro pepinero se quedó en el campo con un hombre menos. Mala dirección, también, desde el banquillo heliopolitano en un nefasto partido.

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