Huesca-Betis | La contracrónica

El Grinch llega a Heliópolis

  • El Betis se deja remontar ante el Huesca, que logra su primera victoria en la categoría en casa

  • El huesped dejó hacer a su antojo al anfitrión

Javi García sufre el acoso de Moi Gómez.

Javi García sufre el acoso de Moi Gómez. / RBB

Theodor Seuss Geisel, más conocido en el mundo literario como Dr. Seuss, estaría orgulloso de este Betis. De las manos de este norteamericano, originario de la ciudad de Springfield a principios del pasado siglo, nació uno de esos personajes navideños odiados y queridos a partes iguales, y que hace algunos años llegó a la gran pantalla de la mano de una de las principales productoras audiovisuales de la actualidad. El Grinch, ese ser desalmado que detesta la Navidad, parece haber cambiado Villaquién (o Whoville, para aquellos angloparlantes) por el barrio de Heliópolis. El hecho de que los béticos no hayan tenido unas buenas pascuas con su equipo así, al menos, lo hace pensar.

Un punto, fruto del empate ante el Eibar en la última jornada del pasado 2018, y la dolorosa derrota ante el colista Huesca de anoche como regalo de la noche de Reyes Magos han sido el bagaje del Betis en este periodo navideño. Un botín escaso, pobre, ante equipos teóricamente inferiores, y que complican el puesto europeo de los de Quique Setién. Hoy, si el Getafe logra dar la campanada ante el Barcelona en el Coliseum Alfonso Pérez –difícil, no imposible– los béticos volverían a verse fuera de esos puestos que conllevan un billete para viajar por el Viejo Continente el próximo curso. Puntos como estos son los que deciden a final de temporada si un equipo puede luchar por entrar en la Liga de Campeones o lucha por entrar en la Europa League.

La intensidad, o la falta de, fue una de las principales claves del descalabro del Betis en El Alcoraz, que disfrutó de la primera victoria de su equipo como local en Primera División. Tras ocho partidos, con cuatro empates y otras tantas derrotas, llegó el conjunto heliopolitano como invitado especial para quebrar esa racha. Y como buen huésped, los béticos pusieron todo de su parte para contentar a su anfitrión. Las primeras ocasiones del partido, cierto es que sin excesivo peligro, llegaron del lado oscense. El Betis, contemplativo y sabiéndose (o creyéndose) superior, aguardaba su oportunidad. De esta guisa, se llegaron a desechar los primeros 45 minutos de partido, en los que si lograron cruzar la mitad del campo, el portero local apenas tuvo que intervenir en alguna ocasión. Los cero tiros a puerta al descanso del equipo forastero bien reflejan esta realidad.

Minutos antes del descanso, Francis y Tello cambiaron de banda y este movimiento tuvo sus frutos apenas unos minutos después del paso por vestuarios. El catalán se despegó de su marca con un brillante control de pelota, entró en el área, y Etxeita lo derribó. Penalti a favor de los visitantes que convirtió Sanabria con suspense. Mucho suspense. Pero el Betis, propicio a los regalos y a resucitar a rivales que parecen más allá que acá durante gran parte de su historia, permitió al Huesca no sólo empatar, sino voltear el partido para quedarse con los tres puntos. Y todo ello, en algo más de 25 minutos.

Una derrota que corona una Navidad gris de los béticos, que confiaban en que este año, otra vez y como ocurrió el año pasado, su equipo les diera una alegría en forma de victoria. Pero el Grinch fue quien se comió el roscón de Reyes.

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