Dentro del tobogán de sensaciones en que se vive este fútbol de hogaño, hoy volvemos a las andadas con otra cita de abrigo. En este tobogán, el Betis que ha moldeado Manuel Pellegrini no sale de una y ya tiene encima al Valencia, uno de sus rivales clásicos. Y llegan los chés en una situación que parecía haber arreglado Bordalás, pero dentro de una recaída que ha hecho que aparezca una racha de tropiezos impensables.

Ya el otro día salvaron un punto sobre la campana como local y ante un Mallorca que fue ganando durante mucho tiempo. En el ecuador de la tabla y a cinco puntos del Betis, el Valencia nunca fue tarea fácil en Heliópolis, por lo que habrá de salir la orquesta bética con el cuchillo en la boca y el balón siempre en sus pies para que siga el baile. Ese baile que tiene encandilado a la religión verde, blanca y verde y que ha de afrontar hoy una prueba crucial para el futuro inmediato.

Inmerso en la fase más dura del calendario, el panorama se le abre al Betis de par en par siempre y cuando doblegue a la tropa de Bordalás. Una tropa que apareció aguerrida, como con el ADN del técnico alicantino ya metido en la masa de la sangre y que seguro va a recobrar en algún momento. Ello, y los antecedentes de duelos pretéritos con Bordalás, hacen que la empresa de esta atardecida heliopolitana se presente, como mínimo, plagada de celadas.

Y en la otra orilla del río, Pellegrini y sus rotaciones. ¿Cambio de retaguardia en su totalidad, descanso algún día para Fekir, qué portero el elegido? Son las dudas de todo avant match en este curso tan plagado de compromisos, con el Atleti, el Bayer y el Sevilla como horizonte más cercano. Por cierto, con dos días menos de descanso de cara al derbi respecto al eterno. Partido crucial el de hoy a las ocho en todos los relojes de Heliópolis y a ver ¿quién desconfía de este Betis?