El otro partido Granada-Betis

Ola de dudas en torno a la figura de Rubi

  • El consejo del Betis medita sobre si el catalán estará ante el Celta

  • Más de 1.200 béticos en la grada, gritos contra la directiva y de apoyo a Serra

Rubi, antes del inicio del encuentro.

Rubi, antes del inicio del encuentro. / Álex Cámara (Granada)

La derrota del Betis en el Nuevo Los Cármenes dejó en el aficionado bético un interrogante sobre la continuidad de Rubi en el banquillo, creciendo la incógnita en torno a éste y su presencia en el banquillo de cara al encuentro del próximo miércoles ante el Celta en el Benito Villamarín. Muchas dudas en los miembros del consejo de administración verdiblanco de regreso a Sevilla, con el presidente, Ángel Haro, y el vicepresidente, José Miguel López Catalán, a la cabeza de la expedición bética desplazada a Granada, estando ambos en el palco de un feudo rojiblanco en el que hicieron acto de presencia más de 1.200 béticos.

Su presencia en la zona acotada para afición visitante, más los que se veían mezclados con aficionados del Granada volvió a ser lo mejor de un Betis. Y justo en la semana que se cumplía un año (25 de octubre) de jugar y lograr una victoria de prestigio en San Siro, con un panorama ahora desolador para un equipo en descenso. El colorido verdiblanco fue extraordinario, con continuos cánticos de apoyo a un equipo que volvió a fallar. Como ejemplo, tras el 0-1, la reacción fue de seguir animando, de cantar el himno y de apretar para que los protagonistas en la hierba y desde el banquillo reaccionaran en busca de un empate que no llegó, lo que provocó frustración en la hinchada bética. Tanto fue así que se escucharon gritos de "¡directiva, dimisión!", a la vez que fue coreado el nombre de Lorenzo Serra Ferrer. Todo esto, como antesala a lo que pueda suceder en el partido intersemanal ante el conjunto olívico, envite que el Betis está obligado a ganar y ofreciendo una imagen distinta ante su afición.

La afición bética, ayer en la zona visitante de Los Cármenes. La afición bética, ayer en la zona visitante de Los Cármenes.

La afición bética, ayer en la zona visitante de Los Cármenes. / Álex Cámara (Granada)

El desastre del Betis actual queda reflejado en los datos, ya que los de Rubi sólo han podido ir por delante en el marcador en 52 de los últimos 630 minutos, evidenciando problemas de intensidad, de salir concentrado al partido, de desajustes tácticos, de endeblez defensiva, falta de contención, de creer en la idea que expone Rubi... Muchas cosas que seguir mejorando de cara al partido ante un rival, el vigués, que al igual que el Betis está con la moral baja fruto de una mala dinámica de resultados, de ahí la necesidad y urgencia de cosechar un resultado positivo. Un partido con tintes de final cuyo foco de atención ya va más allá de la figura de Rubi y ha virado hacia los dos principales dirigentes de un conjunto de Heliópolis que ayer volvió a decepcionar a una infantería que como siempre no dejó solo a su equipo ante tal situación.

En 365 días ha pasado el Betis de estar compitiendo en Europa a luchar en estos momentos por salir de la zona de descenso. No es más que un vívido reflejo de la gestión deportiva actual.

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