Real Madrid-Betis | La crónica

Real Madrid y Betis, dos campeones en el trato cordial (0-0)

  • El pasillo mutuo ilustra un partido seco de ardor competitivo que lleva al Betis a abrochar un gran quinto puesto con su punto

  • Quinta visita seguida en que los verdiblancos no encajan un solo gol en el Bernabéu

El betis le hace el pasillo al Real Madrid por su título de Liga.

El betis le hace el pasillo al Real Madrid por su título de Liga. / Rodrigo Jiménez (Efe)

Bajo un pesado bochorno, en una pastosa noche, el Betis pescó del Santiago Bernabéu lo que quería, un preciado punto que le asegura la quinta plaza final en la Liga, lo que le supondrán unos millones más de euros en su cuenta y un puesto más digno en la tabla.

Desde luego, más digno que el encuentro que firmaron el campeón de la Liga y el campeón de la Copa, una suerte de pacto de no agresión. Fueron ambos campeones en las buenas maneras, en el trato cordial. Tanto, que la foto del partido con más fuerza visual acaeció cuando el balón aún no rodaba. Fue en el pasillo mutuo que se hicieron los que han sido, sin duda, los mejores equipos en la Liga, el de blanco, y en la Copa, el de verdiblanco. Ni atisbo hubo del clásico arreón final que los anfitriones suelen sacar cuando el marcador no les favorece en el Bernabéu. Un tiro de Benzema alto (84’), un cabezazo a contrapié, lejano y muy dificultoso, del francés a centro de Marcelo ya en el descuento. Y ya.

Cuando la segunda parte iba desgranando minutos, los ruidos de la grada, la reacción del público, se focalizó en ovacionar a quienes se retiraban de la hierba (Kroos, Modric, Mendy, Rodrygo...) por el alivio de que estarán aptos para la final de la Champions. Y más aplausos para venerados de la Liga: Marcelo, por supuesto Joaquín.

Y el portuense tuvo la ocasión que pudo darle los tres puntos al Betis. Tello arrancó su última moto como bético por la derecha, colgó al segundo palo, Borja Iglesias la dejó a su derecha pero el bote alto dificultó el remate del capitán en una posición muy ventajosa, cercana a un vendido Courtois. era el minuto 87. Antes, en el minuto 76, el ídolo bético le hizo un caño aVinicius que despertó también otro aplauso generalizado. Tal es la admiración que despierta Joaquín. Y tal fue la tensión y el ánimo del madridismo mientras los suyos soltaban las piernas.

Y eso que los dos equipos iniciales podían ser perfectamente los mismos de una jornada con todos los deberes por hacer y ningún partido inminente de tronío. Ni Carlo Ancelotti ni Manuel Pellegrini se reservaron nada a la hora de que los respectivos delegados de equipo entregaran las once fichas de los titulares a Jaime Latre.

Pero donde sí que hubo reservas fue en el empeño de los actores. En cada balón dividido, en cada jugada que exigía un sobresfuerzo físico, una aceleración, un choque, afloraba que los de blanco juegan el partido más importante de la temporada la próxima semana en París y que los de verdiblanco ya tienen más que calificada su temporada con un rotundo sobresaliente.

Hubo excepciones, como siempre. Guido Rodríguez volvió a plantar sus reales en la zona ancha y tan pronto obturaba una línea de pase como acudía a una cobertura o recuperaba un difícil balón en la banda derecha para propiciar un contragolpe que, conducido por Fekir y prolongado por Canales hacia el pasillo izquierdo, acabó con un cabezazo alto de un gran especialista pese a su 1,72 de estatura, Juan Miguel (15’).

El propio delantero malagueño pudo poner en ventaja al Betis en el minuto 43, en un preciso balón largo de Canales, uno de los muchísimos que ha regalado esta temporada, que el atacante no pudo acomodarse para rematar ante la desesperada salida de Courtois, ya que tras el bote, la pelota le fue a impactar en el estómago y Militao, que se le echaba encima, lo agradeció.

Entre una y otra acción del destacado goleador español, cabe reseñar un tiro de Willian José ajustado al palo derecho de Courtois tras un balón robado a Casemiro cuando el brasileño arriesgó de espaldas en la salida de balón.

El campeón de Liga, por su parte, tampoco es que hiciera mucho más en una primera parte sin la intensidad plena del hambriento. Se toparon dos saciados que tras dos corteses pasillos abundaron en las buenas maneras con la pelota ya rodando.

Sólo Vinicius, un espíritu joven y de juego impetuoso que no entiende el fútbol a medias, provocó acciones de cierto peligro con sus galopadas por la izquierda ante Sabaly. Sobre todo en una penetración que acabó en un centro templado al que no llegó con la testa Benzema por muy poco (40’).

Antes, en el minuto 8, una carrera de Mendy acabó con un tiro desde el borde del área del genial ariete francés que bloqueó Bartra. El rechace le cayó a Kroos, que esta vez no ajustó su punto de mira como acostumbra y lanzó fuera.

Para la segunda parte, Ancelotti recordó lo que hay pendiente en París y dio entrada a Fede Valverde y Camavinga por Kroos y Casemiro. El francés, sobre todo, quiso imprimir una marcha más y Benzema al fin obligó a Rui Silva a actuar en una volea que el portugués repelió (51’). Bartra evitó, providencial, que Rodrygo chutara con todo a favor tras el rechace. Luego, el carrusel de cambios, con Rodri, Joaquín en su partido 600 en Primera, Tello en su despedida, Carvalho, Borja Iglesias. Un desfile de gente que mucho ha tenido que ver en esta sobresaliente campaña, abrochada con un brillante quinto puesto en la Liga.

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