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Setién, bajo mínimos

  • La figura del técnico queda muy cuestionada y pendiente del duelo en Las Palmas

  • La octava plaza y los tres años de contrato, sus avales

Quique Setién, cabizbajo, en un entrenamiento.

Quique Setién, cabizbajo, en un entrenamiento. / víctor rodríguez

El bochorno sufrido el jueves con la eliminación copera ante el Cádiz, con otros cinco goles encajados, esta vez ante un Segunda, ha dejado muy tocada la figura de Quique Setién como entrenador del Betis. La nula respuesta del equipo a los malos partidos ante Getafe, Eibar y Girona, por señalar únicamente los últimos tres de Liga, ha puesto en el disparadero al técnico, cuyo crédito está bajo mínimos y al que incluso una derrota ante la Unión Deportiva Las Palmas lo colocaría con un pie fuera de la entidad heliopolitana.

Las reuniones se han ido sucediendo en las horas posteriores al ridículo ante el Cádiz, que hizo explotar a la grada del Villamarín. A los corrillos de consejeros en el propio palco se añadió la visita ayer del vicepresidente deportivo, Lorenzo Serra Ferrer, acompañado de su inseparable Alexis Trujillo, al entrenamiento. El propio Setién mantuvo una charla de casi 45 minutos con sus jugadores en el interior de la ciudad deportiva, en la que unos y otros expusieron sus pareceres sobre esta crisis de juego y resultados que padece el equipo.

Lo de Pako (Ayestaran) es lo mismo que me pasará a mí en el Betis si no espabilo"

A Setién se le exige que ponga fin a la sangría de goles recibida por el cuadro verdiblanco y que hasta ahora no ha sabido atajar. Un cambio de sistema -hasta el momento el 4-3-3 está siendo inamovible- un movimiento de piezas que permita más ayudas atrás, o la propia elección de los integrantes del once -Tello pide paso entre los titulares- serían algunas de las cuestiones planteadas por aquellos que tienen opinión deportiva en la entidad, aunque Setién se ha mantenido firme en sus convicciones y así lo ha transmitido en cada conferencia de prensa.

Los apoyos del entrenador en el interior del club se han ido cayendo con el paso de los partidos. Si los dirigentes lo reforzaron -la última vez fue el propio presidente tras la Junta de accionistas- ayer nadie en el Betis compareció en público. Todo queda a expensas de lo que suceda en Las Palmas, donde Setién no sólo se juega tres puntos. Todo lo que no sea ganar colocará el entrenador en el disparadero, aunque sólo una derrota lo dejaría sentenciado.

Si a un aspecto se aferran Setién y sus escasos defensores es a esa octava plaza que actualmente ocupan los verdiblancos, que vienen viviendo de las rentas de su gran inicio de temporada. El postrero empate ante el Girona permitió que el Betis se mantuviera en esa mínima posición a la que debe aspirar por presupuesto, ya que una derrota lo hubiera dejado undécimo. A un punto del séptimo y a tres del sexto, la zona que marca la clasificación para competiciones europeas, el Betis de Setién todavía tiene la oportunidad de engancharse a esa zona alta con un triunfo en Las Palmas, un equipo que no gana desde hace nueve jornadas, en las que sólo ha sumado un empate.

El otro aspecto que sostiene a Setién es el proyecto que se vendió con su contratación y esas tres temporadas que le firmaron los dirigentes béticos. A pesar de contar con ventanas de salida, con el Betis octavo clasificado, un hipotético despido del entrenador significaría un fuerte desembolso económico para un club que ya está apurando la manera de acudir al mercado invernal para reforzar la plantilla. Además, el fracaso de este nuevo proyecto quedaría retratado en apenas 14 jornadas, tres más que el pasado año, con todo lo que eso significaría para un presidente como Ángel Haro, quien en su escaso tiempo al frente de la entidad ya ha tenido a Juan Merino, Gustavo Poyet, Víctor Sánchez del Amo, Alexis Trujillo (interino) y el propio Quique Setién.

Como siempre en los momentos de crisis, otro mal resultado en Las Palmas colocaría el foco en el entrenador, aunque ya muchas voces apuntan a que no siempre puede encontrarse la responsabilidad en el banquillo. Temporada tras temporada, el club finiquita proyectos que suponen grandes despilfarros de dinero, aunque Setién todavía cuenta con una bala para cambiar su suerte.

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