laliga santander | Villarreal-Betis

Víctima del propio ideario de Setién (3-1)

  • El Betis malogra un arranque de partido prometedor por un horrendo fallo de Adán al tratar de sacar el balón con el pie

  • Los verdiblancos se debieron adelantar de nuevo a través de Tello y después ya fueron laxos

El Betis le echó agua al vino en Villarreal. Lejos de confirmar las expectativas levantadas por su triunfo de dos semanas atrás contra el Celta, el cuadro de Quique Setién cayó víctima de sus propios errores conceptuales después de adelantarse en el marcador y permitir, durante un rato, que los suyos pudieran llegar a soñar con un arranque liguero de lo más prometedor. Porque los verdiblancos llegaron a ponerse con el tanteo a favor en una jugada de diseño, también, con toques de riesgos atrás hasta que Feddal colocó un cambio de orientación espectacular para provocar la superioridad en la banda derecha. Entonces nadie podía creer lo que llegaría después, pero fue el propio Betis, con su manía de jugar alrededor de su propia línea de gol, quien se encargó de estropearlo todo. Pérdida absurda de Adán en un saque de puerta jugado con Amat y Bacca aprovechó la impericia del guardameta para jugar con los pies. Fue la resurrección del Villarreal y, con el paso del tiempo, la manera con la que los visitantes se hicieron su particular harakiri.

Cierto que después también Tello contribuyó con otro error, esta vez delante de Barbosa y con todo a favor para haber puesto por delante de nuevo a las huestes de Setién, pero todo tiene su génesis en el libro de estilo propio. Fue la jugada que siempre suelen hacer Ter Stegen y Piqué, exactamente la misma, pero con una diferencia trascendental, que Adán sólo se parece a Ter Stegen en que lleva una camiseta diferente al resto de sus compañeros, es decir, que ambos aparecen en las diferentes fichas de los encuentros de fútbol como guardametas, específicamente como porteros.

¿Qué quiere esto decir? Muy fácil, que a lo largo de su carrera deportiva se les presupone que no tienen una excesiva pericia para darle al balón con los pies. Está claro que eso no sucede con Ter Stegen y por eso ejerce su profesión en el equipo que más trascendencia le da a sacar la pelota jugada desde atrás, pero en el caso de Adán se ve a mil leguas que le cuesta un mundo manejarse de semejante manera. Bastó con que después de la cesión de Amat dudara con qué pierna debía golpear el balón ante la llegada de Bacca, con eso fue suficiente para que el colombiano se la robara y a partir de ahí todo el trabajo de los suyos se viniera abajo de golpe y porrazo.

El prometedor Betis del arranque del juego había visto cómo se esfumaba la excelente disposición táctica, el orden que le permitía protegerse con cierta comodidad de los ataques de un Villarreal que jugaba con dos delanteros, pero que difícilmente conseguía ponerse de gol de no ser por un error en los pases de los verdiblancos. Concretamente en el minuto 7 el propio Adán había tenido que salir con los pies con contundencia para evitar que Bacca se aprovechara de una mala cesión atrás de Feddal.

Pero son los riesgos de la propuesta de ese amante del buen fútbol que responde por Quique Setién. No es la primera vez en la que yerra el portero de su equipo o alguno de los centrales en el empeño de jugar la pelota hacia atrás. Es la base de su catecismo balompédico y así va a seguir siendo pese a que se produzcan errores puntuales. Sólo habrá que esperar, por tanto, para saber si el haber se impone al debe en este aspecto tan concreto del manejo de la situación.

En esta ocasión fue una pena, porque el Betis, sin sus internacionales Mandi y Guardado, que fueron los sacrificados en la alineación para que ingresaran en la misma Amat y Tello, éste en el costado izquierdo, ofreció una buena imagen en el arranque del juego. Pese a un par de sustos protagonizados por Bacca, en la referida cesión de Feddal y en un cabezazo picado, no tardaron los forasteros en ponerse por delante. Pelota también jugada desde atrás, es decir, ésta se sitúa en el haber, Feddal cambia de orientación hacia Barragán, toque a la primera de éste para Joaquín y centro perfecto a la cabeza de Sergio León.

El Betis, en un plis plas, había golpeado a un Villarreal cargado de dudas y después se vería a un equipo ordenado, que se defendía sin mayores problemas, aunque permitía que los amarillos llegaran con muchos elementos a su área. Cierto que lo hacían de manera embarullada y que los mediocampistas béticos no aprovechaban su superioridad en su zona para hacerle más daño al adversario, pero todo transcurría sin sobresaltos en la defensa del 0-1.

Hasta que llegó el error de Adán y ya las dudas se traspasaron de bando. El Betis cada vez permitía que el rival llegara con más gente a su área y eso suponía peligro. Pero el fútbol es caprichoso y fue Tello quien debió decantar la balanza hacia los suyos al filo de la hora de juego. Un saque en largo de Adán, sí en largo, sin complicaciones, lo dejó solo delante de Barbosa. Pero el disparo del extremo, que parecía ya dentro, se estrelló en el pie del portero argentino del Villarreal. Apenas dos minutos después sí acertaba Samu Castillejo y el castillo de naipes se derrumbó.

Porque desde ahí, con Sanabria ya en el campo por Sergio León en una sustitución difícil de interpretar de no ser por algún problema físico, el Betis fue un equipo demasiado laxo, sin capacidad de reacción. Hasta que permitió, en otro error, que el turco Unal sentenciara el litigio. Los béticos vuelven a su realidad y deben saber que el camino es complicado. Eso sí, cabe confiar en el ideario futbolístico de Quique Setién, no cabe otra, más allá de esos errores tan groseros que quitan puntos...

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