Desde mi córner

Las canteras, a merced de parásitos

  • Los llamados grandes se indignan contra los clubes Estado, pero esquilman caladeros

Generalizada la queja de los tiburones cuando de otros tiburones con más trapío se trata, pero todos tiburones se pongan como se pongan. Lo último es la queja que su hagiografía, siempre en guardia, hace por lo que consideran una intromisión. Ya se sabe que cuando el Madrid o el Barça quieren a la figura de turno, que otro club pretenda lo mismo conlleva carácter de intromisión, o de injerencia, o de entrometerse.

Ha ocurrido que el poderosísimo City anda enredando en torno a Haaland y eso ha puesto de los nervios a la susodicha hagiografía denunciando la osadía de un club Estado como el citizen. Cualquiera es club Estado según ese aparato de defensa de valores eternos cuando osa entrar a negociar algo que ya consideran patrimonio del club que publicitan. Si el Madrid quiere a Haaland, ningún club tiene derecho a querer lo mismo y anatema sea si decide entrometerse.

Todo eso entra en el juego normal, pero no se denuncia que estos poderosos anden husmeando en las distintas canteras para acabar llevándose la perla de turno. El caso más reciente lo tenemos en Gavi, ese jovencísimo jugador de Los Palacios que se ha ubicado en la elite con sólo trescientos minutos en Primera División. Perteneciente a la cantera bética, ese otro club Estado que es el Fútbol Club Barcelona encandiló primero a su entorno para llevárselo por la mismísima faz.

Tiburones que sólo alzan la voz cuando en la pelea por la presa surge un escualo mayor y como el pez grande siempre se jama al chico, pues a rezar porque las perlas que cultivas no llamen la atención. Están tan desprotegidas las canteras, tan a mano siempre para esos parásitos que se aprovechan del trabajo ajeno que, viendo casos como el de Gavi, no se sabe si procede desmantelarlas. Pero no, hay que cultivarlas y protegerlas todo lo posible... aunque sirva de poco.

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