El Betis se encuentra metido de lleno en una inercia ganadora en la que los buenos resultados están por encima, en estos momentos, del nivel de juego. Y así volvió a verse de nuevo en la victoria conseguida por los de Heliópolis ante el Rayo Vallecano, siguiendo un guión bastante parecido al de las citas ante Olympiacos, Real Sociedad y Racing de Santander para firmar un cuatro de cuatro en victorias y certificar así la clasificación a los dieciseisavos de la Liga Europa (a la espera de poder ser primeros de grupo), a octavos de la Copa del Rey y a dar un salto importante en la clasificación para mirar muy de cerca la zona europea.
Una zona en la que los verdiblancos tienen la obligación de estar peleando con la máxima ambición sin perder de vista la cuarta plaza, viendo cómo de igualada y rarita está la Liga y por el potencial de plantilla que tienen, ya que el Betis tiene una columna vertebral para soñar con hacer un gran papel en la competición liguera sin obviar el gran objetivo, sotto voce, que existe en el interior del club heliopolitano, tocar plata en alguna de las otras dos competiciones. Una ilusión instalada en el vestuario bético con la exigencia que siempre marca Lorenzo Serra Ferrer para hacer realidad ese cántico que sigue sonando con fuerza en una afición que no duda en protestar durante los partidos cuando lo que ve de su equipo no le gusta –un runrún positivo– y que a la vez apoya en todo momento: "¡Yo quiero un Betis campeón!".
La mejoría del equipo verdiblanco en los partidos disputados tras aquella derrota en Villarreal –sigue resultando incomprensible aún que no jugaran titulares Tello y Lo Celso viendo cómo están los amarillos– está basada principalmente en la solidez atrás, con cuatro encuentros seguidos con la portería a cero (1-0 ante Olympiacos, 1-0 frente a la Real, 4-0 ante el Racing y 2-0 al Rayo); el provecho de las acciones a balón parado y en la enorme calidad individual de la plantilla (muy poco rastro del estilo de juego), que se refleja en esa magnífica columna verdiblanca que comienza en Pau.
El meta catalán, muy venenoso futbolísticamente en el terreno de juego, está en constante crecimiento, con sensacionales actuaciones que están confirmando por qué ha debutado ya con la selección española: buenos reflejos, siempre concentrado, seguridad en las salidas, buen juego con el pie... Y por delante suya se encuentran Bartra, que mientras poco a poco va buscando de nuevo su mejor nivel sigue siendo un baluarte en la zaga; Mandi, que ante el Rayo volvió a mostrar su buen nivel; y Sidnei, que es en estos momentos el central más en forma de los tres que juegan en el once inicial con más asiduidad. El brasileño agarró con fuerza la titularidad y desde entonces está firmando muy buenos partidos, el último, ante el Rayo, hasta con un sensacional gol, demostrando valentía para tirar hacia arriba con el balón.
A continuación de la línea defensiva se encuentra William Carvalho, que ha ido de menos a más hasta ser un referente en el centro del campo con su pausa al juego, desplazamiento del balón y buen toque, sin obviar esas arrancadas hacia arriba que están empezando a aparecer tal como hace con Portugal. Incluso, ya lo ha probado Setién por delante de Javi García –algo que muchos béticos solicitaban y veían claro desde el fichaje del luso por los verdiblancos–, clave por ejemplo en el partido ante la Real Sociedad para frenar el ímpetu donostiarra con 1-0 en el marcador. Queda ahora la duda de si el técnico cántabro usará esta buena opción en otros encuentros.
Y con Carvalho aparece la figura de Lo Celso (sin obviar a los Canales, Joaquín...). El argentino, con siete goles, es el máximo realizador de los verdiblancos, ofreciendo además detalles de mucha calidad en cuanto a pases, llegadas al área rival y disparos a portería. Arriba es donde está apareciendo el lunar del Betis, la falta de gol de sus delanteros. Un problema debido a una mala gestión de los recursos más ofensivos como a la falta de un elemento de más aptitud que ahora busca en el mercado el vicepresidente deportivo en su hambre infinito de crecimiento. Todo, con el fin de que el Betis de otro salto de calidad en una Liga en la que tiene dos partidos claves antes del parón navideño (Espanyol y Eibar) para asentarse definitivamente en puestos de privilegio, mientras encara los octavos de Copa y dieciseisavos de Liga Europa con la máxima ilusión. El sueño continúa en Heliópolis...
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