Y mañana, ese fútbol tan añorado

Desde mi córner

El partido de mañana en San Sebastián llega como un ventarrón de aire fresco y balsámico

Está demostrado que la verdad existe y la prueba es que cada uno tiene la suya. ¿Y eso cómo se come, maestro? Pues comiendo, que como dice la copla qué difícil es comer despacito cuando hay ganas de comer. Y la vida del fútbol discurre en pos de esa normalidad que anuncia partido para mañana en la hermosa Donostia, San Sebastián para todos y Bella Easo para algunos, Y ojalá que cuando el balón eche a rodar se haga realidad esa normalidad.

El dictamen del Comité de Apelación, tan farragoso y pretendidamente salomónico, no ha contribuido a arriar el telón del bochorno, sino que ha echado más gasolina en el incendio. Son muchos los convencidos de que la agresión no hubiese conllevado un castigo tan severo de haber continuado el juego. Los antecedentes de este mismo curso así lo avalan y ahí se agarra el Betis para tratar de evitar que gran parte de su clientela pague por el desmán de un imbécil.

La enmienda de Apelación a Competición da la impresión de que obedece a un problema de mala conciencia, pero, a juicio del Betis, se queda corta, por lo que el tiroteo lleva trazas de parecerse a aquel cuento de la buena pipa que no tenía final. Para colmo de los tomates, Lopetegui dice que ojalá no le pase lo mismo a un rival en el próximo derbi. ¿Y por qué va a pasarle? ¿Qué le hará pensar eso al entrenador del Sevilla? En fin, que el balón ruede ya y vuelva el fútbol.

Y ese fútbol que tanto deseamos se anuncia para mañana en Anoeta con un plato fuerte, tan fuerte como es que se trata de desvelar quién se mete en semifinales. Ni más ni menos que la semifinal de Copa del Rey, sin balas en la recámara y sin opciones a la rectificación. Y a esa cita llega el Betis de nuevo inmerso en una división de opiniones entre los autollamados exigentes que claman por no haber fichado y los que ven bien lo que hay porque es estupendo. En fin...

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