La crónica del Betis - Mallorca

El método da igual, sólo importa ganar (2-1)

  • El Betis no necesita siquiera su fútbol más brillante para seguir maravillosamente abonado a los triunfos y derrotar al Mallorca

Álex Moreno cabecea el centro de Canales para poner por delante al Betis.

Álex Moreno cabecea el centro de Canales para poner por delante al Betis. / Antonio Pizarro

Nuevo triunfo para el Real Betis, algo que ni siquiera pertenece ya al ámbito de las noticias de lo recurrente que, afortunadamente, se ha convertido. Sí fue diferente el método, la forma de llegar a esos tres nuevos puntos en el casillero clasificatorio. Porque la escuadra de Manuel Pellegrini se impuso al Mallorca con un traje más rudo, con un fútbol que nada tenía que ver con la calidad de las últimas citas, con la excepción de un periodo concreto del primer periodo en el que llegó el gol de Álex Moreno. Pero qué más da, la única cuestión trascendente en el fútbol es ganar y eso es lo que hace este Betis una y otra vez para solaz de todos los suyos, de esos más de 48 mil espectadores que se dieron cita en las gradas del Benito Villamarín.

Sí, fue un Betis mucho más áspero, menos brillante, como fatigado mentalmente y con la cabeza puesta en demasiadas citas por detrás y por delante. No en vano, se trataba de un partido sándwich, engullido entre las dos citas contra el Zenit de San Petersburgo y también, por qué no decirlo, con ese trascendental derbi que se anuncia ya para el domingo que viene en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Uno de esas comparecencias a las que obliga el calendario y que no siempre son bien gestionadas por los profesionales entre tanto vaivén.

Quiere todo esto decir que existen eximentes variados por mucho que Pellegrini se empeñe en tener a toda su tropa con las orejas tiesas para que los esfuerzos no se noten, incluso a través de renovar al equipo con siete elementos que no estuvieron en el césped del estadio ruso como titulares. Particularmente, en este sentido, era una buena noticia ver de nuevo juntos a Fekir y Canales después de los diferentes inconvenientes que han afectado a ambos para no poder ser alineados por el chileno.

Pero a la hora de verdad el Betis que afrontaba el choque contra el Mallorca era el mejor de los posibles. Casi ningún jugador de los presentes en la alineación inicial podía sonar a piezas secundarias, más bien todo lo contrario. Eso se iba a traducir en un arranque brioso, en un juego profundo, sobre todo cuando la pelota pasaba por los pies del clarividente Canales y también en múltiples llegadas por los dos costados de los laterales Bellerín y Álex Moreno.

El zurdo ya había podido marcar en su primera aproximación, pero su disparo cruzado se fue a estrellar con un poste, aunque es verdad que fue por fuera y ya parecía una acción malograda a pesar de su mérito. Ya había tenido otra oportunidad clara de marcar Juanmi en un desmarque para que Canales, siempre él, le pusiera un muy buen balón profundo, pero el malagueño no llegó a empalarlo en su media vuelta. Y a la tercera fue la vencida, Canales, otra vez, vio la llegada de Álex Moreno por su raíl, la precisión en el pase fue milimétrica y el cabezazo cruzado digno de los mejores delanteros centro. Picado, imposible para el portero.

El Betis había aprovechado su mejor fase en el juego para ponerse por delante, incluso siguió buscando nuevos goles en su disposición habitual de salir con muchos hombres al ataque en las contras y con velocidad. En esos instantes nada hacía pensar que no fuera un partido más de los últimos, que los goles no fueran cayendo como frutas maduras como consecuencia del estilo bético de arrollar a todos sus adversarios con esas armas.

Aunque Muriqi también pudo marcar en un disparo al poste con Rui Silva ya prácticamente batido, las mejores opciones seguían siendo para los locales. Un tiro de Fekir que detuvo Sergio Rico, otro lanzamiento lejano de Canales con una buena intervención del guardameta sevillano y otro más del propio Canales, esta vez con la derecha. Más o menos, el Betis había seguido apretando hasta el finalizar del primer periodo.

Sin embargo, todo iba a variar con el intermedio, adonde se había llegado con la mala noticia de una posible lesión grave de Ruiz de Galarreta en una entrada de Víctor Ruiz en el centro del campo. Pareció que eso, o el periodo de asueto, tuvo un efecto de anestesia para el Betis. Es raro que suceda así, pero los hombres de Pellegrini comenzaron a sestear más de la cuenta.

Es cierto que allí no pasaba nada, que ni unos ni otros rompían la monotonía a pesar de los intentos de un Mallorca bien trabajado, aunque con el único incordio de ese buen grandote que es Muriqi. Y en una jugada aislada bastó con un buen centro lateral para que el gigante balear conectara un cabezazo preciso a la red.

Lógicamente, el Betis se vio picado por esa circunstancia y ya sí comenzó a apretar en busca del dos a uno. Lo hacía con Willian José en el campo en el lugar de Borja Iglesias, aunque tampoco desarrollaba un excelente fútbol, más impreciso por las prisas ahora. Pero el equipo de Pellegrini sí jugaba ya cerca de Sergio Rico y cuando eso ocurre cualquier rebote, cualquier tiro, puede abrir las puertas. Esta vez fue a través del VAR que sancionó las manos de Battaglia en un disparo de William Carvalho.

Penalti de VAR, pero penalti al fin y al cabo. Willian José lo transformó con calidad y los tres puntos se iban a quedar otra vez en el casillero del Betis. Y que nadie venga ahora con otros cuentos, lo importante siempre es ganar, sea como sea, por mucho que esta vez tocara el traje de pana y no la seda. Tres puntos más hasta un total de 46 en 25 jornadas litigadas, casi nada.

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