En el Betis hace tiempo que se dejó de poner el concurso de acreedores como una excusa para el crecimiento, una circunstancia que sí se utilizó anteriormente, aunque la entidad heliopolitana todavía mantiene algo más de cuatro millones de euros de deuda concursal a valor nominal.

Así, a 30 de junio de 2019, el Betis mantiene 4.016.670,27 euros de deuda, que se reparten entre los 1.398.550,47 euros a largo plazo de deuda subordinada y 2.618.119,80 de ordinaria a corto plazo. Precisamente, esta última se abonará el próximo año, con lo que la entidad heliopolitana prácticamente dirá adiós definitivamente al concurso de acreedores, ya que sólo le quedarán pendientes los 1,39 millones de la subordinada, que, además, se pagan a largo plazo.

Otra partida relacionada con esta época aparece en el apartado 14.8 de las cuentas, anotado como otros resultados, en los que se recoge una partida de gastos excepcionales, que se encuentra vinculada principalmente a los administradores judiciales que estuvieron en la época en la que el club pasó por el concurso de acreedores. La cuantía de la misma fue de 3.197.960,24  en junio de 2018 y de 1.631.027,67 en la de 2019, aunque ahí también entra un ajuste del IBI de la ciudad deportiva por una inspección de la agencia tributaria.