Real Betis-Espanyol / La previa

Un partido que arriba con mucha miga

  • El Betis necesita un triunfo como sea para que el panorama no sea aún más negro

  • El Espanyol es uno de los equipos que luchan por escapar

  • Los verdiblancos, en los que debuta Alexis en el banquillo, le sacan al colista 10 puntos

Alexis sigue el entrenamiento de los suyos.

Alexis sigue el entrenamiento de los suyos. / RBB

Noche complicada para el Real Betis, otra más en el presente curso balompédico, y también en el anterior por qué no decirlo. Los verdiblancos estrenan cuerpo técnico en el partido contra el Espanyol y su presidente dos días escasos antes no tenía ningún problema es calificar la temporada como un rotundo fracaso. No podía ser de otra forma, por supuesto que sí, pero el equipo que defiende las trece barras en sus camisetas no necesita aún más lastre encima, ya se lo echa él solito, y los tres puntos contra los blanquiazules se convierten en una necesidad ineludible.

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25-PreviaBET-ESP / Dpto. de Infografía

Ojo con esto. Porque el Betis necesita, como sea, escapar del estado depresivo en el que se halla metido. Da igual el método, la cuestión es que el equipo debe encargarse de solucionar una situación que cada vez torna a más negra. Cuando se ha aludido a Alemania para ejemplificar cualquier cuestión balompédica desde que acabara ese maldito confinamiento que nos hurtó una primavera y que se llevó por delante muchas cosas, hay allí un caso que debe preocupar aún más a los béticos a la hora de establecer esas comparaciones.

Basta con hacer un ejercicio de memoria para acordarse de que la Bundesliga, como después la Liga, arrancó con un derbi, el de la comarca minera del Ruhr. Lo perdió el Schalke contra el Borussia Dortmund por un rotundo 4-0, dejando una imagen similar a la ofrecida algunas semanas después por el Betis en su visita al feudo del eterno rival. Y la trayectoria del cuadro azul en Alemania no pudo ser más decadente, aunque afortunadamente para él no podía meterse en ningún peligro clasificatorio. Seis derrotas y dos empates, incluido en ese balance aquel derbi, son sus resultados.

El Betis tiene que evitar como sea seguir el ejemplo del Schalke, con dos empates y seis derrotas, tras perder el derbi del regreso en Alemania

Ojalá, por supuesto, que el Betis no viva la misma situación, pero las sensaciones depresivas sí son parecidas. Los verdiblancos cayeron en el choque de la máxima rivalidad, empataron un partido que llegaron a tener ganado a pesar de su pobre juego contra el Granada y ni siquiera fueron capaces de aprovechar un penalti en los últimos minutos para acabar con un respiro de alivio ante el Athletic.

Todo lo que puede salir mal es evidente que torna hacia esa negatividad y eso es lo más preocupante. Esa tendencia, por supuesto, condujo a los dirigentes a finiquitar la etapa de Rubi como responsable del banquillo verdiblanco en madrugada del sábado al domingo pasado. Había que invertir la curva como fuera y está claro que la decisión de apostar por Alexis y un cuerpo técnico de la casa se hacía necesaria. Otra cosa es que haya llegado demasiado tarde, que eso ya es cuestión de otro análisis más sosegado cuando se finiquite el presente curso allá por el 19 de julio.

El Betis, sin Joaquín seguramente, debe encontrar el método que lo conduzca hasta el triunfo, da igual el estilo

Pero el Betis ahora necesita que todos los suyos metan el hombro para que el panorama no se ennegrezca aún más si cabe. El Espanyol es una prueba del nueve en ese sentido y se hace absolutamente necesario un triunfo para respirar tranquilos. Los blanquiazules parecían que habían arrancado después del confinamiento con seguridad. Se impusieron al Alavés y empataron en Getafe en una tarde en la que estuvieron con diez desde casi antes de empezar el litigio. La tropa de Abelardo estaba convencida de salir adelante, pero el Levante la devolvió a la cruda realidad al pasar por encima en Cornellá.

El resultado es que el Espanyol llega a Sevilla como peor equipo de la Liga Santander y por ello carga aún más de obligaciones a un Betis que debe hacer valer la diferencia de diez puntos que existe entre ambos en la tabla clasificatoria. Los verdiblancos, está claro, son mucho mejores que su adversario en la teoría y ahora sólo deberán confirmarlo en la práctica, que es la que verdaderamente vale.

La soledad de las gradas del Benito Villamarín será un inconveniente a la hora de establecer las distancias, pero eso es algo que no es una ventaja ni desventaja para ninguno, todos juegan, desgraciadamente, con las mismas condiciones adversas, aunque es lógico que en algunos sitios se eche más de menos que en otros. Y el Benito Villamarín es uno de esos lugares sagrados.

La incógnita es saber la propuesta de Alexis y Merino, pero la intensidad y el amor propio deben ser absolutos

Alexis, Juan Merino y todo el cuerpo técnico deberán encargarse de que al final prime el fútbol y conseguir sacarles el amor propio a todos sus jugadores, algo que les sobraba a ellos cuando les daban patadas al balón. Con Joaquín prácticamente descartado por sus problemas musculares, resta por saber cuáles serán los planes meramente balompédicos, qué Betis se verá en la disposición táctica y en la propuesta. Pero, sobre todas las cosas, lo único que servirá es que en el acta final se consigne un triunfo local por parte del valenciano Martínez Munuera.

El Betis necesita superar este mal trago y es evidente que esta cita contra el Espanyol tiene mucha miga. Ganar supondría mirar al futuro con cierta tranquilidad, corroborar lo que decía Ángel Haro y antes el destituido Rubi, que la situación está controlada y la palabra descenso no tiene ningún sentido ni barajarla. Pero eso, son necesarios los tres puntos y ésos se suman marcando un gol más que el rival, que el Espanyol en este caso, y no hablando ante los medios de comunicación. De ello se trata así que den las diez de la noche y todo arranque con un calor que puede hacer insoportable estar dos horas corriendo detrás de un balón.

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